Capitulo 52: No es lo suficientemente bueno para la verdad en Cliché'

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Maldita sea, maldita sea, maldita sea

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Maldita sea, maldita sea, maldita sea.

¿Por qué tenía que suceder esto hoy?. No, más bien, ¿por qué tenía que ser yo tan estúpido?.

Soy un maldito adicto sin voluntad. Bueno, eso tampoco va, ya que si tuviera voluntad, en primer lugar, no sería un puto adicto. ¿Qué estoy haciendo?, tengo cosas más importantes en que pensar como para sacar mi lado filosófico.

Se suponía que hoy no iba a meterme nada para poder hablar de mis sentimientos con Kyle. Pero no, siempre tengo que sucumbir al vicio y terminé arruinándolo todo, como de costumbre.

Si no hubiera ido con Leo por las drogas, o ni siquiera eso, si no me hubiera tragado las malditas pastillas, ¡carajo!. Eso me hubiera dado tiempo de confesarme antes de que la loca de Max llegara.

Lo arruiné, lo arruiné todo.

Kyle salió como un rayo de la habitación, ni siquiera me dió tiempo de ver por dónde se fue. Lo busqué por el pasillo y lo encontré sentado en la pared, junto a el baño de arriba.

Él tenía la mirada perdida en la nada, me pareció tan extraño verlo así. Tan serio, fue como si se hubiera desconectado del mundo por un segundo.

—Kyle...

Pareció despertar de su viaje mental cuando lo llamé, en cuanto notó mi presencia se levantó de golpe y volvió a escabullirse, huyendo de mí a paso apresurado (aunque aún no corriendo) por el corredor.

—Kyle, no te vayas.

Pedí mientras lo perseguía, casi le suplicaba.

—No quiero estar cerca de ti. Ya te dije que prefiero evitarme la incomodidad de ser el mal tercio cuando tu amiga, o novia, o yo que sé, te encuentre.

—Eso no va a suceder.

—Por favor, Alex. Ese perfume que traes se percibe a kilómetros, seguro esa chica lo detectará como un sabueso. No tardará mucho para encontrarte.

—¿Perfume? —crispé el gesto—, pero si yo no me puse perfume hoy.

Kyle se frenó en seco y se dió la media vuelta para verme extrañado con el ceño fruncido.

—¿Tú hueles así? —mencionó indignado—, ¿hay algo más que te vuelva irresistible?

—No, Kyle. Se llama jabón y ser aseado... ¿crees que soy irresistible?

Le pregunté esto último con una estúpida sonrisa y un tono de coqueteo. No quise sonar como un engreído, pero así salía por naturaleza. Kyle se molestó porque creyó que yo estaba de irónico y egocéntricos. Puso los ojos en blanco, fastidiado, y se dió la media vuelta para seguir caminando.

—Kyle. Kyle, ya basta de estar huyendo de mí sin razón alguna.

—No quiero estar presente cuando esa tipa te coma la cara.

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