Capítulo 33: El mejor logro de Alex

3.5K 436 828
                                    

Sabía que el fin de semana cuidando de un Alex en síndrome de abstinencia no iba a ser fácil, tal vez sería lo más difícil que llegara a hacer en toda mi vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sabía que el fin de semana cuidando de un Alex en síndrome de abstinencia no iba a ser fácil, tal vez sería lo más difícil que llegara a hacer en toda mi vida. Pero no renunciaría, no podía permitir que continuara matándose en silencio.

Después de hoy supe que no soportaría que Alex muriera, además de Larry él era la persona más cercana que tenía, e incluso a veces se sentía más cercano que mi tío.

A Alex no le gustaba pensar en mi como un centro de rehabilitación andante, lo hacía sentir culpable. Yo no me veía así tampoco, no buscaba ser su centro de rehabilitación solo quería ayudarlo a llegar a el, y este era el primer paso.

Aunque sería difícil que encontrara un centro de rehabilitación accesible, sobre todo porque Alex no tenía seguro y era poco probable que se lo dieran por ser un adicto.

Las personas realmente no ponen atención en lo difícil que es la recuperación de una persona adicta, la mayoría piensa que un «deja de hacerlo y ten fuerza de voluntad» es suficiente, cuando por lejos lo es. Las drogas destruyen el cerebro desde la raíz, toda su química y estructura cambia, literalmente se convierten en alguien más, alguien completamente diferente con el tiempo, y eso es lo que Alex temía que estuviera ocurriéndole.

Era irónico que la presencia del otro equilibrara la balanza en nuestra inestable y quebrada vida. Eramos la peor opción de amistad para cualquier persona, él siendo adicto a las peores drogas (opioides, anfetaminas, benzodiazepinas, etc),  y yo un enfermo mental, con un trastorno que muy pocos tomaban como algo serio por toda la desinformación que había (ansiedad) y a veces me daba la impresión de que mi tío creyera que empeoraría por lo que ocurrió con mi papá. Muchos creerían estúpido juntar a un adicto y a un inestable para hacerlos amigos, quizás tenían razón en sus sospechas, pero por raro que pareciera nuestra amistad funcionó y nos mantenía en un buen lugar.

Yo nunca había manejado tan bien mi ansiedad hasta que conocí a Alex, en el pasado mis ataques de pánico fueron tan recurrentes que mis visitas al doctor se volvían mensuales, mis crisis se daban por cosas tan cotidianas como estresarme por la tarea y sentir que el mundo se me venía encima. Hoy en día me sentía feliz de decir que no había experimentado más que un ataque de pánico desde mi llegada a Everless, cuando Alex me salvó de aquellos imbéciles en el callejón.

Nos teníamos el uno a el otro, nos encontramos, no estábamos solos desde entonces. Podría ser que la vida nos había tratado tan mal que nos hicimos dependientes, o solo era amistad, pero funcionaba para ambos,  nos volvíamos menos miserables estando cerca. Era... no, es mi mejor amigo, y esperaba que siguiera siéndolo por mucho más tiempo.

12 horas en detox.

Antes de que Alex comenzara a retorcerse de dolor pasamos a mi casa por mi ropa para quedarme el fin de semana.

Le había dicho a Larry que Alex estaba pasando por una intoxicación a causa de algo que se comió en mal estado.

—Sí que se ve mal... —mencionó Larry en secreto luego de verlo.

INFINITY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora