La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]

61 - El diario de Ani

NOTAS

Uno de los capítulos más esperados acaba de llegar, familia. Intenso. Revelador. Quienes han leído los extras de "La hermana de mi novio 1 y 2" podrán encajar muy bien el contenido con las sorpresas que descubrirán en breve. Este capítulo me dejó seco y me humedeció los ojos en ciertas partes. Espero que lo disfruten. Además, queda genial como agradecimiento por las 300k lecturas que acumula Laurita ya. ¡Muchas gracias!

Faltan muy pocos capítulos para poner el punto final de esta parte. ¡Estoy muy emocionado! Seguro que la nueva portada (próximamente) les encantará tanto como a mí. Recuerden seguirme en mis redes para que no se pierdan las novedades (he modificado mi usuario en IG y TikTok, ahora es luisen_escritor).

¡Gracias por todo, familia! ¡Un besote y feliz domingo!

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El diario de Ani

Mi noche se convirtió en una pesadilla real. La chica de la que me enamoré roncaba plácidamente en mi cama mientras yo lloraba a su lado. Ana me hizo daño. No solo es una facilona que se deja manosear por otras como Flor y Angie, sino que tuvo el descaro de colarse en mi cama y tratarme como un objeto para su lujuria como si yo fuera una más en la lista, idéntica a Angie. Arruinó lo que había de especial entre nosotras, lo único que le daba sentido a que traicionara a mi hermano. Soy una estúpida cegada por el amor.

Cuando me calmé, fui al baño a cepillarme los dientes varias veces. Aquel sabor tan desagradable que pudría mi boca me estaba atormentando. Apenas dormí, no alcancé el sueño profundo. Permanecí orillada en la cama porque Ana había ocupado casi todo el colchón y yo no quería que me tocara.

Me levanté más temprano que mi hermano porque ya no soportaba aquella peste que corroía mi cuerpo. Necesitaba desinfectarme, igual que pensaba hacer en mi habitación cuando sacara a Ana de allí. Me froté con la esponja y mucho jabón como si quisiera arrancarme la piel. Sentí un profundo alivio cuando el rastro fétido de la cloaca donde había estado Ana desapareció, quedando en su lugar un armonioso aroma frutal.

Un rato después de bañarme, coincidí con mi hermano, que se había levantado para ir a trabajar.

—Ana no volvió anoche. Estoy preocupado. No sé si se quedó en casa de su amiga o qué, no ha avisado de nada. —Ante su alarmismo, le abrí la puerta de mi cuarto.

—Tranquilo, hermano. Ana está bien. Duerme como una osita. Llegó tarde, pero muy borracha y, por lo visto, se confundió de habitación. La vi tan mal que dejé que durmiera conmigo. La cuidaré hasta que se recupere. —Lo que ansiaba contarle era la verdad, que Ana le había sido infiel conmigo y con otra, pero pude reprimir mi dolor. Eric no merecía sufrir por mi culpa y no me apetecía que nuestra relación se estropeara por ella.

—Menos mal. Gracias por cuidar de ella, hermanita. No tengo una buena corazonada con esa nueva amiga suya. Me gusta que Ana se divierta. Sé que le encanta bailar, ir de fiesta, beber, pero se había vuelto responsable y yo me sentía más tranquilo cuando me avisaba de sus movimientos. ¿Sabes cómo me afectaría que le pasara algo y no saber dónde ni con quién estaba? ¿Con qué cara miraría a sus padres luego? Aún no ha cumplido ni los diecisiete. —Mi hermano también había sufrido por Ana. Él lo había dicho todo, no me hizo falta poner de relieve que Angie era una mala influencia.

—Seguro que ella reflexiona sobre eso. —Estaba y estoy convencida de que lo hará cuando se dé cuenta de que me perdió.

Acompañé a mi hermano durante el desayuno y hasta la puerta para despedirlo. Luego, empecé a preparar los utensilios de limpieza para desinfectar toda la casa del tirón.