Capítulo 16

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- ¡Por mi te hubiese roto todas las costillas Cassey! Y por tu bien será mejor que te largues antes que lo haga.

-Si claro, como si en ese estado pudieras hacerme algo, además también tienes lastimado el tobillo ¿no? con suerte puedes mantenerte en pie.

Trago el nudo que siento en mi garganta. Si no fuera por mis heridas, ya habría acabado con ella y me ahorraría muchos problemas.

- ¡Lárgate! ¡Vete de aquí demente!

Sonríe como si eso le hiciera gracia -Tu y yo no somos tan diferentes Emily.

- ¡Yo no soy igual a ti! ¡Maldita loca!

-Créeme que a mí también me cuesta reconocerlo, pero yo también me he arriesgado a ir al pabellón de hombres, aunque yo no termine causando un incendio.

- ¡Yo no cause nada! -exclamo a la defensiva.

-Deja de ser patética Emily ¿o acaso me negaras que fuiste al pabellón de hombres solo por Colton?

Abro los ojos. ¿Cómo se enteró de todo eso?

-Fuiste por el ¿verdad? -levanta una ceja -te arriesgaste a un castigo por Colton, ¿no es así?

-Eso a ti no te interesa.

-Una vez creí advertirte sobre él y creo que no me hiciste caso.

- ¡Lárgate Cassey! ¡No quiero oírte!

-Colton no es quien crees que es, así que sácatelo de una maldita vez de la cabeza, porque ambos no están del mismo lado.

- ¿Y si no quiero ¿qué?, ¿Ah? -levanto una ceja. Si ella juega sucio, pues yo también.

-Entonces será mejor que te cuides las espaldas -me advierte -porque no me conoces y no sabes de lo que soy capaz.

- ¿Me amenazas?, ¿Tú? que yo sepa en la última amenaza termine dejándote una serie de lesiones y una costilla rota, así si yo fuera tú me las guardaría porque conmigo ya no funcionan.

-Ya te lo advertí, cuídate o quizás lo que más quieres pagara las consecuencias.

¿Lo que más quiero?, ¿Acaso ella está hablando de...? ¡No, imposible! ¡No puede ser! ¡Ella no puede conocerlo, ella no sabe nada sobre él!

- ¡No! -exclamo furiosa y el mueble de la ropa se sacude cayéndose al suelo -¡Lárgate! ¡Sal de aquí Cassey! ¡No quiero verte, lárgate de una maldita vez!

Cassey mira el mueble con el ceño fruncido y luego dirige sus ojos a mí, sonríe y se larga.

Miro el mueble caído y siento un escalofrío, yo no cause eso, ¿cierto?

Me abrazo las piernas mientras las lágrimas recorren mis mejillas. No sé cuándo comencé a llorar continuamente que ahora se ha hecho un hábito.

La noche se acerca y la luz de la luna aparece dando reflejos por la ventana, no puedo dormir, me miro las muñecas, están rojizas y en algunas partes tengo ampollas.

Tomo pedazos de venda que Lilly dejo y me vendo cada muñeca y cada tobillo. Hago un gesto de dolor cuando me paso a llevar las heridas e intento apretar los dientes para no gritar.

Cierro los ojos, suspiro fuerte y comienzo con el proceso de ponerme de pie.

Saco los pies e intento ponerme las zapatillas, pero es imposible, me duelen tanto los tobillos que me es mejor estar descalza.

Me doy impulso y mis pies se adhieren al suelo. Corro las cortinas y observo el jardín. Hay un árbol con ramas secas cerca de la ventana y la luz de la luna se filtra por el haciendo extrañas sombras.

Mi Telequinesis © [En Edición]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant