𝗧𝗶𝘁𝗮𝗻𝗶𝗰 - 𝗦𝗮𝗿𝗮𝗵

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 26

Barco Keldysh
Presente

Jack y Rose se tomaron de las manos con fuerza mientras abrían lentamente los ojos, regresando de esa trágica noche al presente. Los gritos de Jack llamando a Sarah pareció hacer eco en toda la habitación. Sus ojos brillaban levemente, pero a diferencia de sus oyentes, no lloraban. Ambos estaban en silencio mientras observaban las expresiones de los que estaban frente a ellos.

Ann ni siquiera se molestó en contener los sollozos. Apenas podía creer que algo tan trágico les hubiera sucedido a sus abuelos. Incluso le había dicho a Brock que nunca antes habían mencionado que ambos habían estado en el Titanic , y ahora sabía por qué. No solo no deseaban revivir ver morir a su tía abuela frente a ellos, sino que también querían evitarle el horror y la tristeza que vivieron.

Ahora entendida el porque de su nombre, nunca lo habia entendido, ahora si, la llamaron Sarah en honor a su tía abuela ya que se parecía mucho a ella, y es cierto, el parecido es increíble.

Bryan tampoco se molesto en contener los sollozos, jamás se imaginaron que sus abuelos, sus abuelos de corazón, hayan vivido una tragedia como esa. Ahora entendían porque se ponían mal cada vez que preguntaban por Sarah. Nunca se imagino que haya muerto de esa forma, desde que comenzó a escuchar la historia y conocer quien era ella rezo que hubiese sobrevivido.

Lewis Bodine tenía lágrimas corriendo por sus mejillas. Se sentía increíblemente culpable. Había sido tan grosero y arrogante cuando se enteró de que las personas frente a él habían afirmado estar en el Titanic , e incluso los había acusado de ser buscadores de publicidad. Incluso había ido tan lejos como para ser un listillo con ellos al mostrarles a Jack y Rose la recreación del barco hundiéndose. Cómo deseaba poder encontrar una manera de disculparse por lo grosero que había sido con ellos y lo escéptico de su historia.

Bobby Buell temblaba de dolor mientras las lágrimas rodaban por su rostro. Desde el principio, lo único que le había importado era cuánto dinero gastaban por día. Había arrinconado a Brock, obligándolo a poner a los ancianos frente a él para que se apresuraran con esta trágica historia. Cómo había querido saber esta historia estaba más allá de él, ahora. Había obligado a estas personas a apresurarse a contar una historia que todavía les dolía profundamente.

Brock Lovett solo podía mirar con tristeza a Jack y Rose mientras lloraba en silencio. Sí, había pensado en la tragedia del Titanic  y se había imaginado cómo debió haber sido para los sobrevivientes, pero la historia de Jack y Rose sobre la realidad de lo que había sucedido aquí en esa terrible noche hace 84 años lo había golpeado como nunca antes. Había estado demasiado cegado por su codicia por la fama como para detenerse y realmente pensar profundamente en ello. 

No era diferente a un maldito ladrón de tumbas. Había perturbado el lugar de descanso de más de mil almas inocentes que habían perecido aquí, y todo por su desesperación por encontrar un estúpido collar de diamantes. Un collar, ahora se dio cuenta, que realmente no tenía valor para la pareja frente a él a comparación con la muñeca en las manos de Jack que tenían como símbolo para recordar a la dulce y pequeña Sarah.

-1500 personas murieron en el océano- dijo Rose con calma, sacando a todos de sus pensamientos-, después del que el Titanic naufrago- se detuvo allí, dejando que todos asimilaran la gran cantidad de vidas que se habían hundido con el Barco de los Sueños.

-Alrededor habia 20 botes- dijo Jack solemnemente, dispuesto a dejar que ninguna de sus emociones se escuchara en su voz mientras hablaba-, y solo uno volvió. Uno.

-Salvaron a 7 del agua. Nosotros incluidos- dijo Rose con una voz temblorosa.

-Siete- enfatizó Jack, su voz temblando levemente por el dolor ante el recuerdo de las almas desafortunadas que ambos habían visto morir congeladas-, de 1500.