𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 24

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Jack, Rose y Sarah absorbieron la mayor cantidad de oxígeno posible en sus pulmones mientras caían en picado en el océano con el Titanic. Jack y Rose se soltaron de la barandilla y Sarah se agarró con fuerza tanto a Jack como a su muñeca y mariconera. Como Jack había predicho, la succión de la nave los estaba obligando a bajar, y se necesitaron todas su fuerzas de voluntad para agarrarse el uno al otro. 

Jack y Rose patearon hacia la superficie, agarrándose las manos tan fuerte como pudieron. Sarah se aferró al cuello de su hermano, con la esperanza de no ahogarlo con la fuerza con la que se aferraba. De repente, otro hombre golpeó su pequeño cuerpo y sintió que su muñeca comenzaba a resbalarse de su alcance. Alarmada, sin querer soltó a Jack para sujetar su juguete con ambas manos.

En el momento en que se dio cuenta de lo que había hecho, chupó una tonelada de agua helada al gritar mientras la corriente de Jack y Rose la arrastraba. Gritó aún más fuerte mientras trataba de expulsar el agua de sus pulmones, pero solo hizo que tragara más. Estaba a punto de gritar de nuevo, pero luego recordó lo que Jack había dicho antes "No dejen de patalear hacia la superficie" Luchando contra el impulso de seguir gritando, obligó a sus piernas a patear tan fuerte como pudo a través del agua fría ártica hacia la superficie, por suerte tenia el chaleco salvavidas que la ayudo mucho. 

Su cabeza finalmente salió de la superficie de las olas y tosió el agua que había tragado. Luchó por respirar. El agua en sus pulmones combinada con el aire helado le dificultaba concentrarse. Cuando por fin recobró el sentido, jadeó. Estaba rodeada por más de mil personas aterradas, gritando y retorciéndose de dolor cuando el agua brutalmente fría del Océano Atlántico golpeó sus cuerpos. Era casi imposible distinguir a alguien.

-¡Jack! ¡Rose!- grito Sarah, tratando con todas sus fuerzas de no entrar en pánico. 

No pudo encontrarlos, ni ellos respondieron por los gritos que los rodeaban. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, adultos y niños, habían perdido todo sentido de la realidad por el dolor tortuoso, y se abrían paso a duras penas por encima de todo lo que podían agarrar: barriles flotantes, mesas y sillas. Cualquier cosa que pudieran encontrar.

-¡Jack! ¡Rose!- siguió gritando-¡Jack! ¡Rose!- sus gritos desesperados fueron ahogados por los otros gritos en el aire. 

Agarrando su muñeca y mariconera con fuerza con una mano, comenzó a nadar débilmente entre la gente en un intento de encontrarlos.

-¡Jack! ¡Rose!- continuó gritando una y otra vez mientras nadaba en el agua. 

Mientras nadaba, pasó junto a un hombre que no tenía chaleco salvavidas, estaba jadeando por aire, luchando por mantenerse a flote a pesar del severo tormento que estaba soportando. Notó a Sarah mientras nadaba y perdió completamente la cordura que aún le quedaba. Con un grito extrañado, se lanzó encima de ella, obligándola a sumergirse en el agua en su esfuerzo por mantenerse a flote o ahogarla para quitarle el chaleco.

Horrorizada, Sarah luchó contra él para resurgir. 

-No!- trató de gritar, luchando por mantener la cabeza fuera del agua del mar. El hombre ignoró sus súplicas y la obligó a volver a sumergirse. Sarah comenzó a gritar, el agua brotó de nuevo en sus pulmones mientras empujaba y pateaba al hombre loco, desesperada por liberarse de él -¡Jack! ¡Rose!- gritaba una y otra vez- ¡Ayúdenme!

-¡Sarah! - gritó una voz familiar. 

Sarah luchó por volver la cabeza. Para su gran alivio y alegría, vio a su hermano y a Rose nadando frenéticamente hacia ella.

-¡Jack! ¡Rose! ¡Ayuda!- sus gritos fueron interrumpidos por el hombre que empujó su cabeza bajo la superficie del agua una vez más. 

Al ver al hombre salvaje tratando de ahogarla, las expresiones faciales de Jack y Rose se volvieron furiosas y protectoras.

𝗧𝗶𝘁𝗮𝗻𝗶𝗰 - 𝗦𝗮𝗿𝗮𝗵Where stories live. Discover now