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Hoseok alzó ambas cejas totalmente sorprendido con el trabajo de Kim Taehyung. Jungkook tenía el pecho inflado en orgullo presumiendo que tenía al mejor pintor en su vida. El mayor no podía dejar de ver la obra de arte del castaño y es que el azabache la había colocado justo en el centro de la mesa donde ambos comían, queriendo que cualquier persona que viera desde la puerta del apartamento viera su regalo.

— ¿Cuánto cobra por esto?

Jungkook estaba sentado en el sofá con las piernas arriba y miraba a Hoseok con un brillo bonito en sus ojos.

— Fue un gratis para mí —soltó de forma engreída y Hoseok se ríe de él.

— Pregúntale, por favor, me gustaría darle algo así a Yoongi para su cumpleaños —confesó sin dejar de mirar la pintura—. En increíble, ¿por qué demonios está en administración de empresas?

— Sus padres.

Hoseok asintió.

— Te daré la dirección de su trabajo, también, por si quieres ir a escoger la planta tú mismo —Jungkook le dijo.

— ¿Ya has ido a su local?

— Sí, es bonito y acogedor —Jungkook confesó, trabajando en su celular para mandarle a Hoseok la dirección y las fotos del local—. Taehyung siempre da esa sensación y en cualquier lugar donde esté; su casa, su local... Sus brazos.

El mayor lo miró de forma curiosa ante lo último, unas sospechas levantándose en él, pero estaba equivocándose, ¿verdad? La última vez lo había hecho y había ofendido a Jungkook sin intención. Decidió ignorar sus ideas, no queriendo dañar su amistad con su mejor amigo de nuevo y se acercó a él, sentándose a su lado en el sofá.

— Taehyung debería promocionarse en las carteleras de la universidad; su trabajo es impecable —Hoseok murmuró mientras veía las fotos en el chat de Jungkook, el menor asintió.

— Simplemente le avergüenza; Taehyung no es fan de alardear de lo que hace, prefiere guardárselo para sí —y luego añadió: —. Es un tonto.

— Ya, pero tú así lo quieres.

Lo siguiente arrasó con la mente de Hoseok.

— Lo adoro.

Lo soltó con una naturalidad, con un afecto, como si Hoseok estuviese hablando de Yoongi. El pelirrojo lo miró de forma profunda, pero Jungkook no se había inmutado; como si aquello fuese lo más normal del mundo. Probablemente lo era: no había nada de malo hablar de esa forma o adorar a tus amigos, sin embargo, el tono de Jungkook tenía otro matiz.

Desde que habían sido amigos, Hoseok lo había escuchado hablar de Mingyu y de los otros chicos fallidos con cariño y dulzura. Jungkook le había dicho que los quería, que dolía tanto quererlos. Nunca había usado la palabra amor, y se había preguntado si lo había hecho para evitar verse patético por amar a alguien de forma unilateral o porque algo en su interior muy en el fondo le decía que él realmente no los amaba, que simplemente amaba la actuación de un personaje únicamente hecho para enredar a Jungkook.

Ahora, Hoseok tenía una respuesta: Jungkook nunca había amado a esos chicos, o, al menos, no completamente. Con Taehyung solo tenía una amistad, pero la forma en que había dicho que lo adoraba era muy diferente a como Jungkook le decía a él que lo adoraba, que lo quería o que lo amaba.

Porque sí, ellos dos se amaban.

Pero Hoseok sabía que él tenía un lugar en la vida de Jungkook que nadie podía arrebatarle, ni siquiera el mismo Taehyung. Ahora, puede que Taehyung se estuviese haciendo un lugar propio también, un lugar más... Romántico.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Where stories live. Discover now