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¿Recuerdan que les dije que tenía dos parciales y uno me importaba más que el otro? Pues nada, saqué 10/10 en el que no me interesaba y en el que sí creo que me fue mal porque la señora nos pidió preguntas sin sentido que nada tenían que ver con historia. Quiero decir, ¿a mí qué rayos me va a importar la cantidad de páginas que un autor se tomó para escribir sobre el renacimiento? En fin, ando con un humor todo raro pero dije: mis abejitas se merecen el cap. 



Luego de las presentaciones, la señora Kim se sentó en el comedor junto a ellos con una maleta grande de dónde sacó diversos herméticos con comida. Parecía no importarle la presencia de Jungkook, hablándole como si lo conociese de toda la vida y no justo ese mismo día. Jungkook no dice mucho, porque ella no da demasiado tiempo para responder, parloteando de un tema y cambiándolo en un instante.

Por un momento, ella guarda silencio mirándolo de forma analítica, como si estuviese comprendiendo algo que no hizo al primer momento.

— Oh, ¿ese es tu estilo?

Jungkook miró sus propias ropas, encontrándose en pijama porque era sábado y no planearon salir durante la mañana. En realidad, no iban a salir en todo el día, a excepción de Taehyung que iría un momento al local a checar que Hannah lo llevase bien, pero sería una visita corta, así que Jungkook no se había bañado aún.

Su pijama consistía en una camiseta over-size y unos pantalones viejos de chándal, totalmente cómodo. Jungkook no pudo evitar sonrojarse un poco, riendo nerviosamente antes de negar.

— No, no... Es solo que me quedé a dormir.

La mesa queda en silencio luego de aquella confesión. A Jungkook le genera demasiada curiosidad esa mujer: ¿cómo sería su relación con Taehyung? ¿Eran muy unidos? ¿Sabría sobre la orientación sexual de su hijo?

Ella no parece incomoda ante la idea de Jungkook durmiendo bajo el techo de Taehyung. El menor supone que es porque, seguramente, ha de conocer a Jimin y ha de estar acostumbrada a verlo rondar constantemente por esa casa. Sin embargo, aquello no significaba que sabía acerca de los gustos de su hijo.

— ¿Juntos?

Taehyung tose, Jungkook suelta un bufido suave -incrédulo- y Goeun mira a su hijo.

— ¿No juntos?

— Somos amigos, mamá.

— Oh —ella murmura y asiente repetidas veces.

El tono en que lo dice no demuestra decepción ni nada por el estilo, si no conformidad, como si ambas respuestas le hubiesen gustado. Goeun abre la boca para hablar de nuevo y, desde ese momento, Jungkook se graba en la cabeza que debería quedarse más tiempo alrededor de Taehyung y su familia, porque sus consejos le aclaraban demasiadas cosas.

— Eso está bien; no hay que hacer cosas de pareja sin ser pareja.

Jungkook se siente curioso y se endereza en la silla, recibiendo un trozo de pastel de zanahoria y canela que ella le entrega, junto a una taza de té que saca de un termo también de la mochila.

— ¿Qué quiere decir? ¿Está mal hacerlo?

Ella le mira dulcemente y Jungkook recuerda a su madre, que es un poco diferente; un tanto más fría en cuanto a lo cariñoso, pero linda a su manera.

— No está mal hacerlo, pero arriesgas mucho —ella dice de forma severa—. Generalmente, el ser pareja de alguien te obliga a cumplir ciertas normas, aunque no hablen acerca de ello en un principio. Por ejemplo, la fidelidad. Una vez dentro de una relación amorosa como tal, debes ser fiel porque, se supone, que amas a tu pareja y, lo más importante, que las respetas.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora