Administrando el Entretenimiento

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-Entonces nos quedamos con esta opción – concluyo frente al chico.

Estamos sentados en una de las bancas de la plaza. ¿Como habíamos decidido hacer nuestra reunión en la calle? Pues, simple. No contamos con permiso para llevar a extraños dentro de casa. No él, ni yo.

-Si, parece la más favorecedora – dice con el lápiz apoyado en su mejilla – Se adaptan a lo que elijamos y por lo que sé, el costo también es más justo que del resto.

-¿Deberíamos abrir un consultorio de realización de fiestas? "El mercado del entretenimiento" – hago la seña de colocar un título invisible en el aire.

No sé nada sobre economía, mercado o cualquier cosa relacionada con negocios. Pero, comparar propuestas y costos, se siente como algo de un profesional de la rama. Y vaya que lo hacemos bien.

El parece analizarlo antes de hablar - Que buena idea – abre los ojos de la sorpresa.

Revisamos de nuevo todo y cuando parece que hemos acabado por ahora, habló.

-Nunca me imaginé haciendo un estudio de mercado o algo parecido – comento.

-Igual yo, parece irreal – suspira pensando – ¿No te parece ilógico que nos dejen esto a nosotros?

Si, mucho.

Apostaría todo el dinero que no pague por la beca en la universidad, que la rectora sabía que no estaba dejando el trabajo en buenas manos.

- Un poco, si – respondo viendo las personas en la plaza.

Los minutos pasan en lo que tratamos de elegir detalles más minuciosos. Pero ni entendíamos exactamente a lo que se refería cada cosa. Hay opciones con globos, sin globos, cantidad de animadores, si querían añadir un maestro de ceremonias, cuantas horas ibas a separar y mucho más. Es demasiado y tanto Jhonathan como yo no logramos procersar los datos.

- ¿Deberíamos pedir al maestro de ceremonias? - pregunta Gaviria ladeando la cabeza.

- Puede serlo uno de nosotros - encojo los hombros.

- No creo que sea tan fácil como decirlo - opina el entrecerrando los ojos.

¿Qué hace un maestro de ceremonias? ¿Qué rayos significa...?

Esa tarde no logramos decidir que detalles, por lo que preferimos regresar a nuestras casas antes de estresarnos tratando de adivinar.

Al contarle a mis amigas de lo complicado que se nos hace, ellas no demoran en acordar un encuentro la siguiente semana. El encuentro va de la misma manera, ir a la plaza donde ellas nos darían el encuentro.

Cuando el día llega, Jonathan y yo esperamos a mis amigas que como siempre van tarde. El se nota algo nervioso en la espera moviendo su pierna extrañamente rapido. Ambos no acostumbramos a ir tarde ni esperar, Jonathan también era puntual.

Sentados en una banca, separados por nuestras mochilas, esperamos en silencio la llegada de las chicas. Un rato luego, en el que pase viendo mis zapatos, suena un claxon seguido por unos gritos.

-¡Selisha apúrate! ¡No tenemos todo el día! - grita Denise haciendo que me levante de golpe.

Las veo y volteo los ojos.

- ¡Trae a tu nuevo amigo también! – Maggie habla asomándose desde el asiento de piloto.

El chico a mi costado se avergüenza al verse con la atención de las tres.

-Vamos – pido a Jonathan – no quiero pasar más vergüenza aquí – completo tapándome el rostro con mi mano.

Se acomoda los lentes y se pone de pie para seguirme. Entramos en la parte de atrás del auto y Maggie lo prende para comenzar a manejar. El auto se mueve mientras con sonrisas permanentes pretenden llenar el silencio.

¿Qué se hace a los 21? [En Proceso]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang