❝Durante la pandemia, Jung Hana comienza a escribir un fanfic de su bias, Jeon Jungkook, sin esperarse en absoluto que el lector que siempre la molesta para que actualice es él.❞
Historia ganadora en:
↪Iniciados Awards 2022
Hermosa portada y banner...
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❝DORMIDOS❞
Se encontraban sentados en el sofá viendo una película, mientras comían palomitas de maíz, o Jungkook lo hacía, ya que ella se sentía tan nerviosa que no creía ser capaz de llevar una a su boca, y menos sintiendo su intensa mirada que trataba de ignorar, que provocaba un cosquilleo en su estómago. En ese momento se arrepentía cada vez más de haber aceptado verlo, porque la mayor parte de ella no quería. Estaba decidida a olvidar todo lo que pasaron juntos, los momentos tan especiales, mientras que la parte pequeña ansiaba volver a sentir sus brazos rodearla, el aroma a su colonia, escucharlo reír y volver a tener el privilegio de mirarlo. Lo había extrañado aunque no quisiera y se le hiciera algo sorprendente, porque en las veces anteriores no había pasado, pero aquellos nervios sólo lograban que quisiera volver a su habitación.
Jungkook la observaba mientras las comisuras de sus labios se elevaban en una pequeña sonrisa, olvidando por completo la película en la cual parecía tan concentrada la pelinegra. Pero en ese momento se sentía afortunado de poder verla, de poder admirarla teniéndola sentada a su lado, aunque había un gran espacio entre ellos que quería poder acortar por completo.
Sin poder soportarlo más ella volteó a verlo confundida, porque se había dado cuenta que más que mirar la película, no le había quitado la mirada de encima, lo que había provocado que se preguntara si algo estaba mal con ella.
—¿Qué sucede? ¿Tengo algo? —preguntó pasando los dedos por su cabello para acomodarlo si es que no lo estaba y por eso la miraba.
—No. Ya te he dicho que estás hermosa.
Hana sentía su rostro hervir, por lo que bajó la cabeza logrando que lo cubriera su cabello. Se preguntaba si Jungkook realmente no sabía lo que provocaba en ella cuando decía ese tipo de cosas, o lo sabía perfectamente y disfruta de ver lo que causaba.
—E-Entonces, ¿p-puedes dejar de mirarme?
—No —respondió sin más. Ella abrió los ojos a la par por la respuesta, y volteó a ver como este la miraba con una sonrisa.
