Capítulo XXIV Sueño dentro de la pesadilla

125 27 1
                                    

Albert~

—¿Puedes creer que Candy está nuevamente embarazada? —es lo primero que me dice mi sobrino Alistear cuando entra a mi oficina.
Han pasado nueve malditos meses desde que mi mundo se desvaneció en miles de pesaditos.

Stear a diferencia de su hermano, él me ha apoyado en mi decisión de hacer trabajar a tía Elroy en las labores del hogar.

—Esto es una barbaridad, Albert – fue el primer reclamó de Archie cuando puso un pie en está casa.

—¡Archibald! ¡Has venido a salvarme! —exclamó feliz tía Elroy cuando vio al castaño y se abalanzo sobre él.

—Tú vete a trabajar que tienes tareas pendientes que hacer —ordené rápido y sin miramientos.

—¡No puedes tratarla así! —sentenció Archie.

—Tú, ven conmigo —pedí—, tenemos mucho de que hablar.

Archie me siguió hasta donde yo pedí y a pesar de que le daba la espalda, pero sentía su enojo hacía mí por lo que le estaba haciendo a la mujer que lo crio.

—¡Hermanito! —dijo Stear cuando vio a su hermano menor.

Intento abrazarlo, pero este lo arrojo de su lado.

—¿Cómo puedes estar aquí sin hacer nada? —reclamó enojado—. Y peor aún, ¿por qué diablos no me dijiste lo que estaba sucediendo?

—No hagas dramas, Archibald —digo para tener un poco de orden-. Tú hermano no hizo nada malo.

—No, el que verdaderamente hizo algo malo, eres tú —Archie me acuso señalándome y es comprensible, si fueran otros tiempos hasta yo estaría indignado—. ¡La estás tratando como a una esclava!

—Eso no es cierto, Archibald. Albert solo ha hecho lo que alguien debió de hacer hace mucho tiempo —dijo Stear saliendo a mi defensa-. La tía abuela está recibiendo los frutos de lo que sembró. Siempre humillando a la gente pobre y necesitada, por eso ahora es ella la que recibe ordenes de todas aquellas personas que menospreciaba y pisoteaba todos los días sin importar nada.

—Pero hay formas y la que está haciendo Albert no es la correcta —Archie seguía insistiendo y  enojado conmigo por lo que hacía con nuestra tía—. ¡Por Dios ella está enferma! Pero no crean que esto seguirá así, voy a convocar una junta de familia para que se enteren del trato que le estás dando a la tía abuela.

—Lamento decirte que ese solo es otro invento de tu tía abuela —explique, pero en el fondo sabía que mis explicaciones le iban a valer muy poco—. Y si así lo deseas, haz la junta de familia y exhíbeme como mejor te parezca, lo que pienses tú y el resto de la familia me da igual.

Y Archie hizo lo que prometió, junto a un representante de todas las familias que componen el clan Andley, y les expuso mi manera de tratar a la “matriarca de la familia”

Y debo de admitir que estaba preparado para recibir a muchas personas de mi familia con palos, fuego y espadas cuando se enteraran del trato de Elroy.

Estaba preparado para recibir mi sentencia de muerte o mejor aún que ellos con sus mismas manos me mataran y me librarán del sufrimiento de tener que convivir con las dos causantes de mi infelicidad.

Pero grande fue mi sorpresa que ni una sola persona, a parte de Archie vino furioso a reclamarme por lo que estaba haciendo, muy al contrario recibí elogios y felicitaciones por poner mano dura con tía Elroy y con mi “esposa", que ese era el trato que debía de tener con las mujeres para que no se metieran donde no debían.

Entre el amor y el deber Where stories live. Discover now