Capítulo XXII Nueva vida

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Karen~

—¿Me haría el honor de convertirse en mi novia, señorita Kleiss?
—¡Sí, señor Andley! ——vocifera decidida y contenta.

Abro los ojos y recuerdo que es solo un sueño, un sueño y nada más.

Como ha pasado desde que dormí por primera vez en este barco, he soñado con los hermosos momentos que viví al lado de Albert.

Me duermo, con ganas de dejar de amar a Albert, y con lágrimas en los ojos. Cuando por fin consigo conciliar el sueño, mi mente confabula junto con mi corazón para que hasta en inconsciencia tenga que verlo.

Casi siempre ocurre a las misma hora, a las cinco de la mañana y desde esa hora estoy despierta.

En un vago intento de volver a dormir, me acaricio el vientre mientras imagino como será mi hijo. Puede que se parezca mucho a su papá, y dos semanas antes, hubiera deseado que este pensamiento fuera una realidad, sin embargo ahora es lo que menos quiero.

—Es una suerte que en estos días que llevamos de viaje no tengas las molestias de una embarazada —comenta Ellie mientras tomamos el té.

A mí también me asombra que no haya vomitado y que el movimiento del barco no me produzca nauseas.

—Es una suerte —respondo sin ánimos de iniciar una conversación.

Eleanor y Richard son un amor conmigo. Por suerte ellos me han dado mi espacio, y ha respetado mi dolor.

Digamos que han hecho una “rutina" la cual consiste en: despertar, comer, salir a pasear y entregarse a la pasión.

No es que me moleste o me incomode, simplemente me llena de dolor porque por una parte ellos no pueden disfrutar de su vida, gracias a que me he colado en su vieje que es prácticamente una segunda luna de miel, si es que ya tuvieron la primera claro.

Y luego está el dolor que me causa saber que nunca más estaré en los brazos del hombre que amó, ese dolor se vuelve en enojo cuando me recuerdo que Albert no extrañará mi cuerpo como yo extraño el suyo, gracias a que su esposa le estará dando el calor necesario.

—¿Cuándo desembarcaremos? —le pregunto a Ellie para hacer conversación.

—Al parecer mañana por la mañana —responde sin quitar la vista de la revista que tiene—. ¡Oh por Dios, mira esta belleza!

Eleanor me pasa la revista que estaba viendo, y me doy cuenta que es una revista con modelos de ropa para bebés.

El modelo que señala Ellie es de un mameluco blanco con gorra, guantecitos pequeños y calcetines.

—Cuando lleguemos a Londres le compraré este a tu bebé —asegura sonriendo y siento un remordimiento dentro de mí, por no haber pensado en la ropa de mi hijo.

Por instinto me llevo las manos a mi vientre como es de costumbre desde que enteré que mi bebé crece ahí, resguardado de toda la maldad del mundo.

—Y también le compraré este —dice cambiando las paginas de la revista rápidamente y señalando otro modelo.

Ahora es un pequeño vestido color lila, con unos cuantos listones de adorno y unos botones en parte delantera.

—Bueno, aunque quizás debo de parar, todavía no sabemos si el bebé será niño o niña —expresa guardando la revista que tenía en sus manos y sacando otra—. ¿Qué prefieres que sea tu bebé, Karen?

—En verdad me da igual si es niña o niño —digo con certeza. No tengo predilección por algún genero, solo me importa que mi hijo nazca sano y que ya este en mis brazos para darle todo el amor que necesita y tengo para darle.

Entre el amor y el deber Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ