XXVII. Paz y tranquilidad

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CHARLY CRUZ

Uno de los días más felices de mi vida. Así describiría el momento en el que me encontraba actualmente. Llegamos al apartamento y le mostramos todo el lugar a Romeo, él estaba fascinado mirando todo, con una sonrisa dulce que me cautivaba por completo.

Le mostramos la que sería su habitación por ahora, en la cual le habíamos puesto un sofá cama para que durmiera mientras nos mudábamos a la nueva casa.

—¿Te parece bien dormir aquí? -le pregunté agachándome a su altura.

Él asintió.

—Vale, mirá Romeo, esa habitación de ahí -le señaló Yeimy -es la nuestra, si necesitas algo o tienes miedo, cualquier cosa, nos buscas ¿si?

—Okey, gracias.

—Ahora ¿Qué les parece a la reina y al campeón si cocinamos algo delicioso para cenar?

Ambos me miraron, Romeo dijo que sí y Yeimy no dijo nada, pero hizo una mueca. Se acercó a Romeo y le dijo algo en el oído.

—¿Cómo así? Ya empezamos con los secretitos pues -cuestioné cruzándome de brazos, divertido.

Romeo sonrió y dijo —Dice Yeimy que hoy te toca cocinar a vos y ella lava los platos.

—Ah mirá. Qué raro, desde hace un año que me viene diciendo lo mismo -solté con ironía y gracia.

Yeimy hizo una mueca de aparente molestia, pero luego se rio. Se acercó a dónde estaba, dulcificando su gesto, hizo un puchero, me dio un amago de abrazo y se puso frente a mi.

—¿Podes cocinar? Por favor mi amor -dijo moviendo sus pestañas haciéndose la pobrecita.

La miré achicando los ojos y luego rodeé los ojos dejándole un pico en sus labios.

—Hágale pues.

Comencé a caminar a la cocina con una sonrisa y negando.

—Viste y así de fácil es convencer a Charly de que haga lo que quiero -afirmó Yeimy burlona, dirigiéndose a Romeo. Ambos rieron.

—¡Pero les toca poner la mesa y poner algo de musiquita pues! -grité desde la cocina.

Nos sentamos a la mesa luego de una hora, aproximadamente, hice una pasta, con verduras y crema. Les serví a ambos moderado y a mí generosamente, hoy la dieta me importaba cinco.

Sólo quería disfrutar este momento.

Comenzamos a comer y noté que Romeo miraba el plato.

—¿Qué pasó? ¿No te gusta la pasta?

—No es eso -dijo un poco nervioso.

Yeimy me miró y recordé lo que había pasado en el Hospital y en la Fundación, el incidente con la comida.

—Tranquilo vos come lo que podás pequeño -afirmó Yeimy dulcemente y me hizo un gesto para que cambiará el tema.

—Si, igual te digo que no es por presumir, pero yo soy un gran chef.

Yeimy se rio y negó. —Un poco de razón tiene -soltó mirando a Romeo haciendo una media sonrisa. Y yo le guiñé un ojo.

Empezamos a hablar de otras cosas, entre ellas, sobre las cosas de la nueva casa, lo que nos faltaba por hacer, y terminamos la cena. Y pude notar que poco a poco, Romeo se sintió más cómodo y dio algunos bocados, pero igualmente tenía en mente que tenía que llevarlo a un nutricionista para que nos ayudara con su alimentación. Quería que estuviera bien.

Ramé (Terminada) - Charly & YeimyWhere stories live. Discover now