24. Deja vú.

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-¿Seguro que no ha pasado nada malo?

-Seguro...- digo alargando la palabra, cierro los ojos y con mi mejilla apoyada en su pecho, me quedo profundamente dormido.

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Al despertarme me encuentro solo, abrazando una almohada que tiene un post-it encima, donde pone "Me he tenido que ir al trabajo, intenta levantarte", con un corazón, por unos segundos siento un vacío en mi pecho, lo ignoro y me levanto de la cama. 

Para distraerme, limpio toda la casa mientras pienso de nuevo en todo lo que paso ayer con Clay, cuando termino me siento en el sofá sin saber que hacer, miro a mi alrededor, no me queda ninguna tarea de casa y hoy no trabajo. Decido vestirme adecuadamente e ir a la cafetería donde trabajo. 

Me ducho y seguido me pongo unos vaqueros azules claros casi blancos, unas deportivas blancas, una camiseta de manga corta blanca y una chaqueta estilo cárdigan rosa pastel que me regalo mi hermana hace un tiempo. 

Me peino un poco, me hecho colonia y salgo casi corriendo de casa. 

Por fin llego a la cafetería, Brooke me atiende con su sonrisa amable, pago y ella tarda apenas minutos en hacerme el café con leche, me siento en una de las mesas cerca del ventanal más grande, me intento autoconvencer de que no vengo a ver a Clay, ya que cada vez que alguien abre la puerta de su edificio, levanto la mirada para comprobar si es él. Hasta que sucede.

Le observo salir con el móvil y la cartera en su mano izquierda mientras con la derecha cierra la puerta detrás de él. Camina por la calle sin casi levantar la mirada, por lo que no me ve, al estar a metros de la puerta principal me ve, le sonrío con timidez. Se acerca a mi nada más entrar.

-Que raro verte por aquí- dice él.

-Me apetecía un café, ¿tu que haces aquí? 

-Necesito cafeína, me toca trabajar- responde risueño-. ¿Tienes algo que hacer hoy?

-No, nada.

-¿Te apetece acompañarme? - de repente me da un deja vu y recuerdo la primera vez que fui a su trabajo, al principio de su serie, el mismo día que los reporteros se pensaron que éramos pareja, una ola de emociones me recorre el cuerpo. 

-Pues claro que sí- respondo sin siquiera pensar-, ¿vamos ahora?

-Todavía queda un rato, si quieres subimos a mi departamento. 

-Vale.

Me levanto y le acompaño a la barra para pedir su café americano, hablamos de cualquier tontería para no quedarnos en silencio. Luego subimos a su departamento, en la misma puerta, nada más abrirla, una cabecita peluda se asoma maullando como si dijese "hola".

-Ya he vuelto, Luka- dice Clay animado, ella le sigue hasta el sofá y yo también. Observo sus patitas en el aire y como hace la croqueta por el sofá para que él le rasque la tripa y le preste atención, me rio en silencio ante tanta ternura. 

-Se ve que te quiere mucho- digo risueño.

-A veces es muy pesada- deja el café en la mesa baja y levanta a la gata con una sola mano. Me estiro y alcanzo un posa vasos de madera, levanto ligeramente su café y pongo el posavasos bajo este. 

-Tu también la quieres- digo, él me mira en silencio unos segundos.

-Yo diría que me he acostumbrado a su compañía- ambos reímos suavemente, Clay deja a Luka de nuevo en el sofá, ella camina hasta mi con curiosidad.

-Hola- susurro para no asustarla, acerco mi mano con suavidad y la dejo a un poco de distancia, para que pueda olerme, ella lo hace sin dudas, olisquea mis dedos y avanza para continuar por mi brazo. 

-¿Desde cuando te gusta llevar rosa? 

-Desde que mi hermana me recordó que nunca me he puesto esta chaqueta, me la puse y me gusto- me rio. Noto unas pequeñas patitas apoyándose en mi muslo, bajo la mirada y observo a Luka oliendo mi regazo. Al volver mi mirada a Clay, me doy cuenta de que él miraba a su pequeño felino. 

-Es muy curiosa, pero en un rato se aburrirá y te dejara en paz- dice calmado. 

-Es adorable- digo más para mi que para él. 

La observamos en silencio mientras ella se tumba en mi regazo, Clay aprovecha para sacarle fotos y enviarlas a su madre, ya que por lo visto, ella esta obsesionada con la gata.

-Hay días que me habla para que le mande fotos o videos de Luka- se ríe él.

-Normal, mírala.

Se hace la hora y bajamos al coche de Clay, me siento al lado del conductor, mi amigo conduce con soltura y confianza, mientras que yo le miro de reojo para que no sepa que estoy poniéndome nervioso por su presencia. 

Llegamos al set y esta vez si me dejan acompañar a Clay, incluso me dejan estar presente mientras graba sus escenas, poco a poco voy reconociendo a actores y actrices, hasta que veo a Peter, mis alarmas de encienden y le sigo con la mirada, él ni siquiera me nota. 

-Ya he terminado hasta dentro de un rato- dice mi amigo, sacándome de mis pensamientos, me giro rápido para mirarle. 

-Genial- él mira hacia donde yo miraba y rezo porque no se de cuenta de que tenia localizado a Peter para que no se le acercase.

-¿Pasa algo? 

-No, nada- miento-. ¿Tienes camerino para ti? - digo cambiando de tema.

-Sí, ¿quieres verlo? No es muy grande.

-Claro que lo quiero ver- miento de nuevo, la verdad es que solo quiero alejarlo de toda posibilidad de que Peter le vea. 

Sigo a Clay por los pasillos hasta llegar a un cuarto muy pequeño.

-Es mucho más pequeño de lo que me imaginé- comento mirando a mi alrededor.

-Sí, somos muchos en la serie, así que si fuesen más grandes molestarían. Ahora, ¿me puedes decir que estabas viendo antes?

-Nada- me rio.

-George, te conozco, dime la verdad. 

-Bueno...- me giro y le miro, trago saliva e intento juntar el coraje para decirle que no me gusta la idea de que los programas de cotilleos hablen de como esta saliendo con Peter y de sus supuestos besos en cámara. Me quedo incapaz de hablar.

-¿Y bien? - de repente mi cerebro hace click  y me doy cuenta de que esa sensación de mal estar que me da al ver a Peter es por celos.

Tartamudeo cosas sin sentido, él espera paciente mirándome con los brazos cruzados sobre su pecho. 

Our little trip.Where stories live. Discover now