17. Lágrimas bajo las estrellas.

233 32 0
                                    

Tal vez debería devolverla a su veterinaria, pero eso me haría ver a su novio y me dolería mas que verla a ella todos los días, así que me niego ha hacerlo. Luka no tiene culpa de nada.

Vuelvo a dejar mi mente en blanco, o al menos lo intento hasta que aparece la cara de George en mi cabeza, suspiro y me estiro en el sofá. Poco a poco me quedo dormido.

---------------------------------------------------------

Paso otros dos días igual que los anteriores, vagando por mi casa seguido de Luka, con una manta colgada de los hombros, de la cama al salón y del salón a mi cama. Hay veces que me quedo mirando su cuarto y pensando en como puedo aclarar todos mis pensamientos y arreglar este gran problema que ha ido creciendo con el tiempo. Pero no encuentro la respuesta.

Alan nota mi ausencia y me anima a que vaya con él a un bar de cócteles que él conoce. Me preparo y llego cinco minutos después de lo acordado. Entramos al bar y nos sentamos en una mesa de dos, el pide una piña colada y yo un Whisky Sour, algo que mi padre siempre pedía cada vez que celebrábamos por algo.

-¿Has estado pensando, no? - asiento y él continua-. Se te nota.

-Estoy hecho un desastre. Le extraño y ver a Luka no ayuda mucho.

-¿Quieres que me la quede por un tiempo? 

-No, con el tiempo se me pasará- suspiro. La camarera nos trae nuestras bebidas, para mi sorpresa, en cuanto ella se va, le doy un largo trago a mi copa y lo trago sin pensarlo.

-Ufff... Eso te pasará factura, amigo- dice Alan.

-Esta bien, mañana no trabajo- me rio y apoyo mi espalda en el respaldo de la silla.

Hablamos por horas, copa tras copa, al final pruebo casi toda la carta del bar, casi diez cocteles, si no los diez.

Esta noche no hace frío, algo que agradezco porque voy en manga corta, Alan decide que me va a ir bien un pequeño paseo, para que no me afecte el alcohol. 

El parque esta un poco oscuro y a mis ojos les cuesta abrirse. En cuanto mi amigo se despista un poco yo me siento en uno de los bancos para descansar un rato. Dejo que mi cabeza caiga con cuidado y cierro mis ojos. Noto como Alan coloca mi pelo hacia atrás mientras se sienta a mi lado.

-¿En qué piensas?

-En George.

-Me lo esperaba... 

Solo escucho nuestras respiraciones, algún ruido de algún pájaro y poco más. Cuando abro los ojos, me encuentro con las estrellas, lo cual me parece precioso, mi mente se desconecta y no pienso en nada, después de tantas veces intentándolo, por fin consigo un momento de calma.

Cuando mi rato de calma termina, un George que me mira con mucha atención aparece delante de mis ojos, pero no es más que mi imaginación y lo sé muy bien. Pero esta vez es diferente, ya no estoy confuso de porque aparece cada vez que pienso o triste porque ya no esta conmigo. Humedezco mis labios con mi saliva. Alan tenía razón. George y yo no solo teníamos una muy buena amistad, yo le gustaba y él me gustaba, me he dado cuenta tarde, pero al menos me he dado cuenta.

-¿Clay, todo bien?- pregunta Alan trayéndome de vuelta al planeta tierra. 

-Sí, claro- digo bajando mi mirada y es solo en ese instante que noto agua en mi cara, una llega a mi boca y puedo saborear la sal en esta, son lágrimas. Mis propias lágrimas.

-¿Porque lloras?

-No sé- digo confuso mientras me seco las lágrimas que no dejan de salir, me cuesta respirar y mi nariz esta taponada.

Alan no dice nada y me abraza, correspondo a su abrazo y escucho con atención como me susurra cosas para que me tranquilice. Pero no funcionan, simplemente sigo llorando hasta que me calmo, solo cuando me doy cuenta de como puedo arreglar todo con George.

Ahora no solo tengo una respuesta, tengo dos, y probablemente estas las dos cosas mas importantes de mi mundo en este momento.

Me gusta George Bristol.

Alan insiste en que em debe acompañar a casa y a pesar de lo que yo le diga, él me sigue sin darme otra opción, supongo que quiere asegurarse de que todo esta bien. 

De repente siento que necesito que Alan conozca la historia por completo, así que en medio de la calle, me detengo y miro a mi amigo a los ojos. 

-Escúchame bien, porque esto es algo que me prometí a mi mismo que no contaría, - él asiente y espera mi explicación- cuando estuvimos de viaje George y yo con nuestras familias, hubo una noche que estuvimos bebiendo.

-Sí, me lo contaste, que luego fue a tu cuarto en mitad de la noche.

-Exacto, pues cuando vino a mi cuarto, me despertó con besos por toda la cara mientras estaba acostado a mi lado. Le dije que parase y se fuese a su cama porque era tarde y estaba muy borracho- Alan asiente expectante- . No me hico caso y continuo dándome besos, me fui dejando llevar y acabamos besándonos en mi cama semi desnudos.

-Bueno, son cosas que suelen pasar, piensa que tu cuerpo sabía que él te gustaba, así que es normal que te dejases llevar.

-¿Seguro?

-Claro- su positividad me da alegría. Seguimos caminando en silencio a la luz de las farolas. 

Estamos a unas calles de mi edificio cuando diviso un grupo de gente armando lio por la calle silenciosa, una chica y un chico, ella anda haciendo eses y él intenta que no se caiga de morros contra el suelo, mientras la manda callar una cantidad incontable de veces. 

Es hasta que estamos a metros de ellos cuando puedo ver con claridad los rostros de ambas personas. Mi corazón y todo mi cuerpo se detiene al verle caminando hacia mi dirección, ni siquiera me mira, solo tira del brazo de ella intentando que deje de hacer tonterías. 

Trago saliva y respiro con profundidad mientras Alan me mira extrañado unos pasos por delante de mi. 

Camino con una falsa confianza que se derrumba y me deja indefenso en el momento en el que conecta miradas conmigo.

-George...- digo casi en un susurro, ambos se detienen.

Our little trip.Where stories live. Discover now