9. ¿Sustituto?

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-¡Hey, perdona! - me giro, es un hombre que no reconozco, así que callo unos segundos, él y otro hombre, ambos cerca de sus 40 años, corren ligeramente hacia mi, no me da tiempo a fijarme mucho en ellos, ya que rápidamente invaden mi espacio personal.

-¿Le conozco? - pregunto dudoso.

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-Oh, no hace falta que lo hagas, solo queremos hacerte unas preguntas- alterno mi atención entre la gran lente de la cámara que tengo a escasos 50 centimetros de mi cara y el señor con un gran micrófono.

-¿Que...?

-Buenas, canal x. Como ha dicho mi compañera, Gloria, estoy aquí con el amigo, o más bien pareja, del famoso Clay Wagner.  - Tardo más de lo que me gustaría admitir en darme cuenta de lo que está pasando. ¿Como saben que soy amigo de Clay? Pensé que habían dejado el tema hace un tiempo. - ¿Algo que quieras decir? - pone el micrófono muy cerca de mi boca, lo cual me da un pequeño susto.

-Ehhh... - dudo unos segundos, si los insulto o les mando a comer polvo, podría repercutir negativamente en la imagen de Clay. - Por favor, déjenme en paz-pido con calma.

Él reportero y su camarografo, me siguen mientras camino por la calle, les ignoro todo lo que puedo hasta que me empiezan a hartar.

-¿Podéis, por favor, dejarme en paz? - repito un tanto irritado, mientras le miro a los ojos. - ¿Nunca le han dicho a usted que es muy pesado?

-Solo responda a las preguntas- ordena el reportero, algo en el tono de su voz hace que me moleste su existencia.

-¿Pueden dejar en paz a mi amigo? - me doy la vuelta, es Clay, lleva unos vaqueros azules, un jersey gris y unas deportivas blancas. Se acerca y agarra la bolsa, arrebatandomela de las manos.

Pone su mano libre en mi espalda baja, haciendo que mi corazón se acelere un poco, con ella me empuja ligeramente haciendo que avance. El reportero parece detenerse allí mismo, porque el resto del camino de vuelta es bastante calmado. Ninguno de los dos parece querer hablar, hasta que estamos en la tranquilidad de nuestro departamento.

-¿Te han molestado mucho? -me pregunta mientras colocamos la compra.

-Lo suficiente, nunca pensé que sería tan dificil tener un amigo famoso-intento bromear, pero ninguno está de humor. - No sabía que seguían hablando de eso.

-Estabas tan ocupado con ese otro chico Dai, que pensé que te podría molestar si te hablaba de eso - dice, su voz suena como si estuviese dolido.

-Nunca me enfadaría por esa tontería-me río para tranquilizarle, hecho un vistazo por encima de mi hombro hacia él, le veo colocando las galletas en el estante que tienen asignado.

Al dejarlas, baja la cabeza y apoya las palmas de sus manos en la encimera, después de unos segundos saca otro objeto y lo coloca.

-Clay, ¿estas bien? - me atrevo a preguntar.

-Sí, perfectamente - suspira, pero luego vuelve a hablar. - No, de hecho estoy bastante cansado, ¿puedes terminar esto tu? - antes de que responda, mi amigo se escaba a su cuarto sin siquiera mirarme.

Terminó de recoger la compra y voy a su cuarto a verle. Esta a oscuras tumbado en la cama, dándome la espalda, sin taparse con las sábanas.

-¿Pasa algo? - pregunto en un susurro desde la puerta.

-No-su voz suena entre cortada y puedo oír como le cuesta respirar.

-Hey, puedes contarme lo que sea - me acerco y me siento junto a él en el otro lado de la cama.

-Siento que me estas sustituyendo- suspira él.

-¿Que? Eso es una tontería, ¿enserio piensas que te sustituyo?

-Sí, desde que apareció en imbecil ese. Si antes no me demostraba aprecio, ahora menos- pasa su mano por su pelo, le cuesta aún más respirar.

-Clay, no es verdad, yo te sigo apreciando igual o más. Eres mi mejor amigo - digo acariciando su brazo izquierdo.

-Es la verdad, ya te lo dije, le prestas más atención a él que a mí- me inclino para ver su cara, esta llorando. Mi corazón duele por unos segundos, la simple escena de ver a alguien que quiero llorando es devastadora.

No sé qué decir, así que me tumbo detrás de él, paso mi mano entre su cintura y su brazo y entrelazo mis dedos con los de su mano derecha. Me quedo así por horas, hasta que me despierta el móvil de Clay, al final ambos nos hemos dormido.

Él agarra su móvil con su mano libre y rechaza una llamada.

-¿Quién era? - pregunto con mi frente todabia pegada a su espalda.

-Mi madre-suspira él, ahora por lo menos no llora y eso me calma bastante.

-Debería haberlo cogido, a lo mejor es importante- sugiero.

-No lo es, solo me dirá que está tarde es mi tren y que me asegure de tenerlo todo listo.

-¿Esta tarde te vas? ¿Tan pronto? - pregunto, suelto su mano y me siento en la cama, estirando mi espalda y mi extremidades como puedo.

-Resulta que mi madre lo ha hecho adrede, para que la ayude a preparar toda comida y esas cosas.

-Pues deberíamos ponernos en marcha y hacer tu maleta - me río. Él extiende su mano y enciende la luz, luego de gira a mirarme.

-Menudos pelos llevas-se ríe, pasó una mano por mi pelo. - Te ha crecido mucho...

-Sí, no he hido a cortarmelo por miedo a que me lo arruinen como la última vez.

Posa su mano sobre mi pelo y lo revuelve.

-Me gusta como te queda así de largo - me sonríe con amabilidad y acto seguido aparta su mano y se levanta de la cama.

Le sigo con la mirada, levanta sus persianas, abre su armario y de él saca una maleta negra. Me levanto de su cama y comienzo a ayúdale ha hacer la maleta. Cuando terminamos, comemos en una hora y se va a la parada del tren.

Recibo un mensaje de Daisuke que me pide que cenemos hoy juntos, acepto y aprovecho para releer el mensaje de mi madre.

"Hijo, ya tengo tu billete de tren, asegúrate de traer todo lo necesario. Te mando el archivo del billete", seguido de un pdf donde tiene la información que necesito.

Martes a las 9:30 a.m.

Mañana a las 9:30 de la mañana...

Our little trip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora