Cap 23.

3.6K 524 83
                                    

Cuatro meses después.

.

El invierno llegó y con él, los recuerdos.

Divagaba en mi mente cuando mi socio entró a mi oficina.

—¿Estas libre hoy por la noche?

Vaya, eso sí me sorprendia.

—¿Hoy en la noche? Mmm espero que no estés hablando sobre la fiesta de Relaciones Públicas que nos invitaron.

—Es exactamente de lo que hablo Sr Park.

—Puedes ir tú si quieres.

—Iré si, pero quiero que tú me acompañes.

—¿Puedes obligarme?

—mmmm. —Su expresión dudosa —¿Qyue es lo que te haría ir? O más bien ¿qué es lo que te impide?.

Yo no respondí.

—¿Será que ya no sabes divertirte?

—¿Me estás diciendo amargado?

—Lo estoy diciendo, si.

Me empecé a reír. Luego me acosté en mi asiento hacia atrás.

—Mañana Hayden cumple 3 años, quiero dedicar el día entero a él.

—Es verdad —Dijo ya más relajado — Por un momento creí que aún guardabas luto.

Alcé una ceja.

No era propio de él hacer referencia a mis sentimientos. Al fin y al cabo nuestro intento de compromiso se había quedado muy en el olvido.

—¿Luto? Nadie se ha muerto. —le aclaré.

—En ese caso pensaba que tal vez tú y yo podríamos tener alguna vez una cita —me preguntaba por qué su sonrisa se había echo tan inocente.

El tenía una forma dulce de expresarse cuando estaba inseguro.

—Se que pasado mucho tiempo desde que él se fue. —Prosiguio cuando vio que yo no reaccioné.

—En realidad no es tanto tiempo —murmure un poco molesto —No te mentire, no importa cuánto tiempo pase, soy yo él que no se siente preparado aún.

—Entiendo, pero solo es una cita, no te estoy proponiendo nada fuera de lugar.

Mi mirada se quedó en su rostro por un instante.

—¿Entonces no te interesa perder el tiempo en mi?

Él se empezó a reír.

—Jamas serás una perdida de tiempo, créeme durante este tiempo ya te considero mi amigo.

—Por esa misma razón es mejor que no insistas, yo no puedo darte nada bueno, no como tú te lo mereces.

El sonrió de manera dulce y luego observó por la ventana.

—Me gustaría conocer al padre de tu hijo, tengo una enorme curiosidad, debe de ser un tipo con bastante personalidad.

Me empece a reír.

—Jimin, lo siento pero es bastante frustrante que se haya ido así de la nada, yo no lo puedo entender, por qué yo jamás te abandonaría.

Ufff eso había sido duro.

Yo no lo tomaba como un abandono como tal por qué en realidad no estaba conmigo cuando se fue.

— Nsiquiera yo lo entiendo, pero no es ahora mi problema. —Dije dejando el asunto cerrado cortésmente.

—¿Entonces saldrás conmigo?

No.

—Lo pensaré. —Taehyung tenía una sonrisa tan distinta a todo, solo esperaba que en verdad encontrara a alguien que lo amara por su manera de ser.

No era mi intensión llevar a mi desdicha a más personas.

Solo dejaría que el tiempo me hiciera "sanar".

.

El sonido del celular me despertó, pero al abrir los ojos me di cuenta que Hayden estaba encima de mi espalda moviéndose para que me despertara.

—Papa, papá. —me decía mi hijo mientras tiraba de mi cabello suavemente —Ya salió el sol.

Con torpeza busque el teléfono que estaba en un lugar debajo de las almohadas.

Contesté antes de ver quién era.

—Bueno...

—¿Jimin?

Era su voz.

—¿Jungkook?

—¿Papá? —mi teléfono fue arrebatado de mis manos, en mi cabeza estaba Hayden quien le gritaba al teléfono —¡Papá! ¡Papá!

Cómo pude lo hice aún lado y salvé mi teléfono de ir a dar al suelo.

—Espera, si. —Le dije al niño que ya empezaba a llorar. —Ahorita te lo paso.

La llamada se había solenciado así que la activé de nuevo y puse el altavoz.

—Aqui está Hayden —Dije suavemente.

—Hijo, mi amor Feliz cumpleaños.

La sonrisa de mi hijo no tuvo precio. Escuché como le decía que fuera a nuestra casa por que quería enseñarle sus nuevos juguetes.

Él se había quedado callado escuchandolo mientras que yo inconcientemente estaba derramando lágrimas.

No quise saber ya sus razones para irse, lo importante era que había regresado a la vida de mi hijo.

—Te iré a ver hoy por la noche, el barco por fin a llegado y podré ir a verte.

—¿Barco? —Dije totalmente sorprendido.

—Asi es, he estado en altamar aprendiendo a navegar.

Yo no dije nada, fue mi hijo quien comenzó de nuevo a hablar diciéndole que quería el también subir a un barco con él.

—No sabes cuánto los he extrañado.

Había algo dentro de mi pecho que me hizo sentir totalmente sobrepasado.

—¿Jimin?

— Si dime.

—¿Puedo ir a visitarlos?

Hayden comenzó a brincar en la cama feliz de la visita de su padre.

—Claro que si, no debiste irte por tanto tiempo —Me quejé mirando con desden la pantalla del teléfono —Hayden te extraño demasiado.

Y yo ni se diga.

Un largo silencio entre nosotros amortiguados por el canto de nuestro hijo.

—Jimin, lo lamento tanto, fui un maldito imbécil.

Mis lágrimas se derramaron por mi rostro. No podía creer que esas simples palabras tocaran mi corazón fuertemente.

—Si, eres muy tonto.

Un suspiro del otro lado de la línea.

—Por fin lo he entendido todo, por favor esperame solo un poco más mi amor.

Sonreí al escuchar su voz ronca.

Limpié mis mejillas.

—Esta bien.

Tras terminar la llamada llevé a Hayden al baño y allí nos pusimos a platicar de lo feliz que el se sentia por qué vería a su papá de nuevo.

Sin dudar él era su mejor regalo de cumpleaños.




Una vez más.Where stories live. Discover now