Una vez más.

Cap 19.

—Kim Taehyung es más guapo que el muerto de hambre.

—¿Qué demonios haces aquí Jackson?

—No me esperabas verdad. Me gusta ser la sorpresa de la fiesta.

—Nadie te esperaba, más bien. —murmure.

—No te sientas tan especial Jimin, yo aún pertenezco a esta familia, así que debo estar en los eventos importantes como este ¿Dónde está mamá?

En el fondo estaban mis padres hablando con el joven "guapo y  millonario", como lo había recibido mi padre, Kim Taehyung.
La presencia de mi hermano fue recibida con tensión pero el estaba emocionado por conocer al "nuevo integrante de la familia" que ignoro a todos de manera certera.

Después de una larga platica de negocios, yo yacía sentado desde el otro extremo de la sala con mi hijo en mis brazos, este se había quedado dormido, yo acariciaba su cabello cantando levemente para arrullarlo.

Sentía la mirada del Joven en mi en cada momento,  pero yo no quise responder, después de todo era aquello solo un negocio. Nada tenía yo que argumentar.

Me sentía tenso apesar de saber que estaba haciendo lo mejor para todos. Pero, yo sentía que todo aquello era otro error más.

Había evitado a toda costa el contacto con Jungkook en toda la semana, la principal razón era por qué no quería decirle nada acerca de aquel arreglo. Me sentía frustrado y alejado del sentido de autosuficiencia, en ese punto de mi vida, me sentía como un títere.

Me preguntaba por qué yo tenía siempre a renunciar a mis deseos por un bien ajeno, ser el heredero del empresa era una pesada cadena en mi cuello, renunciar a todo se me hacía una mejor manera de resolver mi propia angustia.

Mi mente me traicionaba constantemente por me hacía recordar la forma tan brusca con la que me comporte con Jungkook la última vez que hablamos, pero entre más lo pensaba más sentía que en cierta manera irracional yo lo culpaba a él de mi maldita realidad.

—Jimin, disculpe, ¿Sucede algo?

Alcé la mirada hacía el dueño de esa voz profunda.

— ¿Se siente bien?

El niño se retorcio en mis brazos y yo me quejé al tratar de acomodarme en mi asiento.

—Estoy perfecto, solo que...

—Oh por dios.

Aquella había sido una acción reflejo, pues él había tomado al niño por el torso al momento en que esté casi se cae de mi regaso. Con naturalidad lo llevó a su pecho y golpeó suavemente su espalda haciendolo dormir de nuevo.

—Lo cargaré por usted un momento para que usted pueda descansar un poco.

La escena fue del deleite de mis padres que pronto elogiaron la manera tan caballerosa de ser del joven, yo por un momento me había quedado observando su mirada oscura llena de un hechizo distinto a lo conocido, notaba cierta inocencia en ella y un brillo especial que me dejó sintiendome extraño. Me levanté disculpandome unos momentos, cuando estuve lejos de cualquier vista curiosa me relaje de la tensión contenida, era aquella manera tan falsa de proceder de mi familia que me tenía tan asqueado, por qué en si el hombre estaba siendo muy amable.

—Jimin.

La voz de mi madre desde el pasillo. Yo nisiquiera traté de fingir benevolencia.

—Estoy bien, madre, ahora regreso.

—No, no hijo, solo quería hablar contigo.

Ella tomó mi brazo y me llevó dentro de una habitación.