Cap 2.

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—¿Aún no logras bajar lo suficiente?

Carol, mi prima, iba al mismo gimnasio que yo. Casi nunca nos encontrábamos, pero hoy era uno de esos desafortunados días.

—Me estoy esforzando.

—Tal vez deberías buscar un buen psiquiatra, lo que te pasó no debe de ser fácil.

No contesté, solo seguí en la elíptica.

—En las noticias fuiste destrozado, aún hay veces que hacen uno que otro comentario.

—Ahora eso es lo que menos me importa.

El hijo del presidente de la empresa Hyundai se había divorciado cuando nadie sabía que se había casado 2 años atrás y lo peor de todo, como lo habían recalcado los medios amarillistas, había sido con uno de los empleados de su padre, un don nadie oportunista que al final resultó ser un desleal.

Una y otra vez la misma noticia corrió como pólvora con mi nombre siendo juzgado de mil maneras.

Mientras que yo estaba siendo lastimado por una depresión con ataques de ansiedad que habían terminado con mi figura delgada.

Y cuando todo se calmó, me di cuenta de todo lo que había estado haciendo mal. El dolor me había derrotado, pero no podía dejar que eso siguiera pasando.

Un mes después estaba casi recuperado, aún no salía de la depresión, pero ahora me sentía un poco más fuerte.

Esa era la tercera vez que Jungkook se llevaba a nuestro hijo y eso parecía haberme calmado.

—Lamento todo lo que pasó. — escuché a mi prima — Pero si necesitas ayuda, cuenta conmigo.

—Gracias, pero todo estará bien, lo peor ya pasó y yo ya no pienso mucho en eso.

—Me alegra ver que estás bien, solo unos kilos más y estarás listo para la siguiente conquista.

Con eso ella se fue a la siguiente sección y me dejó de molestar.

No había manera en que yo estuviera con otra persona.

Ninguna.

Así que probablemente me quedaría solo por siempre, y no me desagradaba la idea.

Lo había elegido a él porque era demasiado lindo y respetuoso, al menos eso parecía en un principio.

Ahora lo único que tenía eran preciosos recuerdos de nuestra hermosa vida antes de que todo se perdiera.

—No pierdas líquido en lágrimas. — se quejó mi entrenador —Dijiste que durante el tiempo que estuvieras aquí tratarías de no pensar en nada.

—Es difícil. — me quejé.

—Pero no es bueno para ti. recuérdalo, debes de controlarte.

—Si, si, ya.

Mi mente se fue a mi pequeño hijo y a mis padres... Todo lo más lejos de su hermosa sonrisa y ojos oscuros.

Era imposible.

🍊

Dos meses después.

—Toma, lleva un par de pantalones más.

—Solo estaremos en la casa de campo, no lo necesitamos.

Mi hijo había gritado cuando escuchó que su padre apareció en la puerta del departamento.

Ahora estaba brincando alrededor de él, emocionado por pasar el día a su lado.

Aunque yo le extendí la ropa para que él la tomara, no lo hizo.

Así que la dejé de lado y admití que tenía muchas ganas de ir con ellos y pasar el día juntos. Pero no era correcto.

—Probablemente veamos una película.

— Sí, sí, sí. — decía mi hijo emocionado. Los miré con cuidado notando los rasgos muy parecidos de ambos, me agaché y besé sus mejillas.

— Haz caso a tu papá y pórtate bien.

—Sí, lo juro. —el niño tomó la mano de su padre y se dirigieron a la salida.

—¿Tú qué harás hoy? Tienes todo el día libre.

Me sorprendí por su pregunta porque no esperaba que la hiciera. Él y yo solo hablábamos de nuestro hijo.

—Mmm... aún no lo sé, tal vez vea algo en la televisión.

A quién quería engañar, los domingos me la pasaba durmiendo solo esperando a tener noticias de ellos.

—No suena tan divertido.

Sonreí nervioso, ya ni siquiera sabía si alguna vez él había sentido algo por mí. Su manera impersonal de tratarme demostraban que había cerrado el ciclo y me había dejado atrás de manera tan fácil.

No sabía si aún le parecía lindo como él solía decirme.

Oh no.

—Diviértanse. — les dije a ambos.

Tontamente me había lastimado yo solo de nuevo, era obvio que en cuanto se fueran perdería la batalla contra el dolor.

Pero como pude engañarme, probablemente jamás lo superaría.

—Nos vemos en la noche.

Esta vez cerré la puerta inmediatamente antes de que él notara las lágrimas en mi rostro.

Una vez más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora