Capítulo 15. "¿Cuánto nos queda?"

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Capitulo 15
Brynn Gilmore

Cierro los ojos por unos instantes, dejo que el suave viento de otoño mueva mi cabello y refresque mis pensamientos. Que lo necesito. Los abro un poco para ver de reojo a Emma que tiene a Maia en sus brazos. La pesadez de mis ojos es anormal, tengo sueño y no tengo tiempo para dormirme. Así que, le propuse a Emma venirnos a los sillones que estan en el patio para no quedarme dormida en mi cama.

—¿A qué hora es la fiesta?

—A las ocho.

—¿Y dónde será? ¿en el quirófano o en urgencias? — pongo los ojos en blanco.

—El hospital tiene un salón especial para este tipo de eventos.

—¿Ira mucho gente?

—Mmm, no lo se, supongo.

—¿Y quienes irán? —dice, mientras le acomoda el chupete a mi bebé.

—Todo el personal, inversionistas e invitados especiales. Pero esta más centrado a personas que donen muchas cantidad de dinero para las áreas elegidas.

—Oh... ¿irá Leah?

—Supongo que si, Dylan la ha de haber invitado.

Me cruzo de brazos y me hundo mas en el sillón, Emma a mi lado, me mira... sospechosa.

—¿Y tu... invitaste a Jason?

—S-si.

—Mmm, y te estas poniendo nerviosa porque...

La miro, ceñudo, y esta solo me sonrie como psicopata.

—No estoy nerviosa.

—Si, ajá —alza las cejas.

Bufando, me levanto y le quito a Maia, esta llegando su hora de la siesta y tengo que dormirla. Vuelvo a sentarme con mi hija en brazos y le pongo de nuevo el chupete que hace nada se habia quitado.

—Brynn...

—Mmm.

—Irá, cierto —asiento, sin verle—. Brynn...

—Anoche... —sacudo la cabeza y me pongo de pie.

—¿Anoche? ¿anoche qué?

Niego con la cabeza y emprendo camino hacia dentro de casa. Emma me sigue, y yo, por babosa, con loas brazos temblandome, subo hasta la habitacion de Maia para dejarla en su cuna. Emma me pisa los talones tras entrar despues de mi, con cara de confusion y buscando explicaciones.

La ignoro mientras me muevo por toda la habitacion para lograr que Maia se duerma, cuando lo hace, la dejo en su cuna.

—Brynn... —murmura tras mio.

—Luego —me giro para enfrentarle—, luego te digo.

—¿Es algo malo? —me detiene por el brazo y me obliga a verle.

¿algo malo...? Creo que fue todo lo contrario.

Para mi cuerpo fue lo mejor, tenerle cerca de nuevo, descubrir que sus manos eran las que me tocaban y sus labios lo que recorrian mi cuerpo. Pero para mi mente, solo fue un suceso que me enmaraño, lastimo y afecto mas de lo que ya estoy.

—Ven.

La arrastro hacia mi habitacion, me dejo caer en la cama, con la mirada fija en el techo y las manos temblandome por el abdomen. Siento el colchon hundirse a mi lado cuando Emma me imita. Se queda en silencio, respetando mi espacio y que tengo que ordenar las palabras y elegirlas para poder contarle lo que sucedio anoche. O, bueno, hace unas horas.

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