Capítulo 27. "Mi lugar"

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Capítulo 27.
Jason Beaumont.

—Espera, he olvidado el móvil —me informa Brynn antes de seguir con nuestro paso.

Volvemos al estacionamiento, le quito el seguro a la camioneta y entra a buscar su móvil. Retomamos nuestro camino hacia el bar donde hemos quedado con nuestros amigos, o bueno, mis amigos.

Si, planeamos una salida con Ted y Ariel, y Sierra y Cyril.

—¿Crees que ya haya llegado alguien? —murmura tras pasar la puerta y estar dentro del bar.

—Ni idea, puede que Ted y su novia sí.

Caminamos con nuestras manos unidas hacia las mesas. Localizo a Ted y a su novia en una que esta al fondo y en el medio. En cuanto nos ve, levanta el brazo y agita la mano. No sé por qué me imaginaba a Ariel de cabello rojo, puede que me haya dejado llevar por la película de La Sirenita, pero es de cabello castaño y lo lleva por los hombros.

—Hola, chicuelos —nos saluda sonriente Ted al vernos frente a la mesa—. Os presento a Ariel —la señala—, Ariel, él es Jason y ella su novia, Brynn.

—Hola, mucho gusto —le saluda Brynn.

—El gusto es mío, ya os quería conocer.

Nos sentamos ocupando las sillas que están enfrente de ellos. Ted se ve realmente feliz y ve como loco enamorado a Ariel, ella también le ve así.

—Dice Sierra que están a punto de llegar —digo, tras echarle una mirada al móvil.

Brynn esta noche se ve realmente guapa. Como siempre. Lleva su cabello en unas ondas sueltas, sus labios rojos, una falda negra y una blusa de flores pequeñas rojas, la cual deja un hombro al descubierto.

—Sabes... hizo falta Shawn —Ted se frota el mentón—... se le extrañara a ese cabron.

—¿Por qué?

—Se ira de intercambio a Los Ángeles.

—¿En serio? —pregunta con los ojos bien abiertos.

—Si.

—Dicen que Los Ángeles es una ciudad preciosa —habla Ariel.

—Más que tú, no lo creo —le responde Ted, la hace girar y la besa apasionadamente.

Brynn se limita a alzar las cejas y verme, para no ver la situación de enfrente. Veo como sus delgados dedos se deslizan hasta tocar los míos y acariciar mi mano. Me mata la manera en la que me mira, amo como me mira esta mujer.

La amo.

—¿Crees que les caiga bien? —susurra, ya se a quienes se refiere.

—Claro que les cairas bien y ellos tambien a ti.

—Digamos que no tengo buena experiencia conociendo a tus amigas —se rie entre dientes.

—Sierra en una persona totalmente diferente a Tiff y Chloe.

—Eso espero —vuelve a reir—, sino saldré corriendo de aquí.

Sonriendo, la estrecho contra mi por los hombros. Recuesta la cabeza en mi pecho, sigue teniendo su mano sobre la mia, acariciando. Trato de centrarme en las mariposas en mi estomago a el beso que esta enfrente de nosotros.

—¡Hola, hola! —canturrean.

Todos nos giramos hacia donde ha venido el saludo tan entusiasta. Sierra pone los ojos en blanco tras escuchar el saludo fiestero de Cyril. Este llega y palmea mi hombro.

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