Capítulo 14

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  Con tanta actividad, el tiempo pasó volando en las horas que siguieron. Cassius y Aika fueron hasta la Central de Policía, que se encontraba en el número 1900 de la calle South. Por el camino, él le dio un consejo:
 
  - Cuéntales la verdad, pero no digas nada de que le montaste un seguimiento y lo espiaste.
 
  Una vez allí, la condujo a la unidad de seguridad para que presentara una denuncia y se quedó a su lado mientras relataba lo sucedido. Aika siguió su consejo y contó todo a los hombres que le interrogaban, excepto lo relacionado con sus otras actividades.
 
  Los agentes le enseñaron unas fotos extraídas de los archivos electrónicos policiales vinculados a Maike y a sus colaboradores conocidos, pero ninguno de los rostros correspondía al que tenía pinta de ex marine ni a su acompañante. Luego se entrevistó con el de retrato hablado a quien le describió a los dos matones.
 
  Pasadas las nueve de la noche, Aika y Cassius se reunieron por fin con un ayudante de la fiscalía del distrito y con la persona encargada de la unidad de seguridad. Las noticias que traían no eran buenas.
 
  - Señorita Lombardo, ¿está usted segura de que los dos hombres no mencionaron en ningún momento el nombre de Maike Nollen? - preguntó la capitana de la unidad, la cual tenía por nombre Ester.
 
  - No - dijo Aika moviendo la cabeza- pero no fue necesario. Yo sabía de sobra quién los había enviado.
 
  El ayudante de la fiscalía, Jackson, un corpulento americano, gesticuló extrañado.
 
  - Me temo que eso no va a ser suficiente. No tenemos nada que vincule directamente al señor Nollen con lo sucedido.
 
  - ¿Qué mierda está usted diciendo?- preguntó Cassius - El hombre la amenazó ayer y hoy le envió a sus dos matones.
 
  - Eso será según usted - replicó Jackson, quien, consciente de la agresividad en la voz de Cassius, continuó- y estoy convencido de que tiene razón. El problema es que no tenemos motivos suficientes que justifiquen su detención.
 
  - Sí, pero seguro que sí hay los bastantes como para invitarle a responder a unas cuantas preguntas - insistió Cassius, que miraba a la capitana Ester en busca de apoyo.
 
  - Eso sí podemos hacerlo, ¿no?- Ester miró al ayudante de la fiscalía.
 
  - Si claro. Sólo quiero que tengan en cuenta que Maike no es ningún idiota. Llamará a su abogado, y éste aparecerá aquí en menos de una hora - advirtió Jackson mientras reclinaba la silla hasta dejarla apoyada contra la pared.
 
  - Llamaré al teniente para pedirle las grabaciones de Maike que ha conseguido tu equipo, Cassius - propuso Ester antes de que el policía pudiera intervenir - A lo mejor Aika reconoce a los matones en las imágenes.
 
  Ella reaccionó de inmediato.
 
  - Muchas gracias, capitana, y a usted también, Jackson. Les agradezco mucho el tiempo que le están dedicando a este asunto. Aunque se le pudiera poner un poco más de entusiasmo.
 
  - Parece agotada - sonrió Ester ignorando por completo a Aika -Vaya a tomar algo con su novio. Nos pondremos en contacto con ustedes en cuanto hayamos hablado con Maike.
 
  El camino hasta casa fue muy tranquilo. Cassius que estaba al volante, parecía estar absorto en sus pensamientos. Aika se debatía entre la curiosidad por saber qué estaría pensando y el miedo de que él estuviera enfadado con ella. En cuanto cruzaron rl puente colgante y dejaron atrás La Avenida Bianchi, pregunto:
 
  - ¿Adónde vamos?
 
  Claramente sorprendido al oír su voz, Cassius volvió a la realidad y miró a su alrededor.
 
  - En realidad ni yo mismo sé. Supongo que tenia tipo el piloto automático puesto - explicó sonriendo, y miró la hora - Es bastante tarde, ¿dónde quieres que cenemos?
 
  - ¿Y si vamos a cualquier Café o a un McDonald's
 
  - Vale, me parece buena idea. Podríamos pedir una súper hamburguesa - y giró en dirección sur por la 245.
 
  - ¿Estás bravo conmigo?
 
  Cassius emitió un sonido a medio camino entre un suspiro y un gruñido. Aika esperó a que él pusiera fin a ese incómodo silencio.
 
  -No, no lo estoy . Estoy enfadado conmigo mismo - apartó la mirada de la carretera y la miró un instante - Anoche sabía que pasaba algo, pero no insistí en que me lo contaras. Como buen novio tendría que haberlo hecho- Volvió a mirar la carretera.
 
  -No es culpa tuya. Fui yo quien no quiso decirlo - lo tranquilizó tocándole el brazo con la mano.
 
  - Y al final te equivocaste. Deberías habérmelo contado - Cassius se detuvo en un semáforo y la miró fijamente- Mira, no es que tenga un repertorio maravilloso de relaciones. No sé si dentro de un año estaremos juntos o no - Cassius se fijó en un pobre hombre que caminaba empujando un carrito por la vía de servicio- pero una de las cosas que primero me gustaron de ti fue tu sinceridad. Si dejas de ser sincera conmigo, lo nuestro no saldrá bien tenlo por seguro-afirmó mirándola a los ojos- Estoy harto de las personas que no son sinceros.
 
  Aika retiró la mano que aún apoyaba sobre el brazo de Cassius y le correspondió con la mirada.
 
  - Tienes razón. Me equivoqué. Tomé sola una decisión que nos interesaba a los dos sin darte tan siquiera la oportunidad de opinar. No volveré a hacerlo lo juro.
 
  El coche de detrás nos adelantó. El semáforo ya estaba en verde. Cassius se concentró de nuevo en la carretera y pisó el acelerador. El Cadillac salió disparado.
 
  Ninguno de los dos habló durante el resto del trayecto hasta el restaurante, aunque el silencio que había era ya diferente al de antes, era menos pesado. Se trataba de un silencio cómodo, de esos que hacen compañía. Por primera vez en las últimas horas, a Aika se le relajaron los hombros.
 
  A pesar de que ya faltaba poco para las diez, el restaurante estaba abarrotado. El servicio de wifi gratuito atraía a la clientela a este lugar las veinticuatro horas del día. Si bien había unas cuantas mesas con parejas, la mayoría estaban ocupadas por una sola persona que se concentraban en teclear en su portátil entre sorbo y sorbo de un café brasileño o un batido de helado.
 
  Aika y Cassius encontraron sitio y una atenta camarera tomó nota de su pedido. Él pidió una hamburguesa doble con un batido de chocolate y una racióndoble de papas fritas. Aika prefirió una coca cola y una ración triple de papas fritas solamente. Justo cuando acababan de servirles la comida, a Cassius le sonó el teléfono. Lo sacó de su bolsillo y contestó:
 
  - Dime.
 
  Después de escuchar unos segundos, movió los labios para articular la palabra «Max» a Aika, a quien no le hizo falta escuchar las dos partes de la conversación para deducir que Cassius estaba bastante molesto. Después de hacer un montón de preguntas, se despidió con un gruñido. Ella esperó a que apagara el móvil y volviera a guardárselo en el bolsillo.
 
  Cassius la miraba entre divertido y ofendido hasta que dijo de pronto- No pienso perderte de vista - seguía dando golpecitos con el vaso- Supongo que podemos ir a tu casa esta noche para que puedas coger algo de ropa. Tendrás que avisar a Vera para que se de una vueltapor la empresa. Hasta que no tengamos a Maike entre rejas no puedes estar visitando la empresa ni estar en contacto con clientes y corriendo de un sitio para otro como has hecho hasta ahora.
 
  Aunque Aika abrió la boca con la intención de protestar, al recordar la mirada del ex marine antes de meterse en el coche, asintió y es que hasta el más valiente tendría un poco de miedo.
 
  - Es verdad. Le pediré a Vera que me heche una mano en estos día.
 
  - Estupendo - Cassius parecía aliviado. Aika se dio cuenta de que había temido que ella pudiera llevarle la contraria.
 
  - Aún no puedo creerme que ese hombre sea tan delincuente - dijo ella; era algo que no se sacaba de la cabeza desde el lunes - Es como si creyera que es inmune a la autoridad. Ni yo lo soy y mi padre tenía comprado al 90% de los policías y políticosde este país.
 
  - Es un psicópata. Está convencido de que las normas son para el resto de la gente, no para él.
 
  - Me ha asustado, tengo que admitirlo- Pronunciar aquellas palabras fue como quitarse un peso de encima después de haber estado tratando de evitar pensar en lo que Maike le haría si volvía a por ella.
 
  - A mí también me da miedo. Es un asesino a sangre fría. Ahora bien, te prometo que no permitiré que te toque un pelo - De pronto, a ella se le llenaron los ojos de lágrimas, volviendo hacer una chica débil.
 
  -Gracias.
 



  

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Ƭ០⩏¢Ϧ  ៣៩ #PGP2022✅️ dyjawards24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora