Familia.

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Canadá.

La joven de cabello rosa paseaba por un parque sintiendo el viento mover sus cabellos, miro hacia la izquierda y vio un lago congelado. Camino hasta el muelle viendo su muñeca, en ella traía una pulsera roja.

Sonrió de lado al recordar cómo lo había conseguido. Cuando estaba en la universidad era amiga cercana de Shu, él había pertenecido al equipo de baloncesto y en un partido había ganado el mvp, como recompensa había recibido esa misma pulsera. Él se la había regalado mostrando su gratitud por haberlo ayudado a practicar en todos esos meses.

Ella sin pensarlo había empezado a albergar sentimientos de amor por aquel albino. Esos sentimientos fueron creciendo con el paso de los años, sin embargo, sabía de la existencia de Valt Aoi a quien conoció después. Lilia se guardo todo eso para ella. Ella, a diferencia de Free y los demás, quería la felicidad de él sin importar si era a su lado o no.

Para dejar sus sentimientos de lado, cuando Shu estuvo internado en un hospital le confesó sus sentimientos, abrió por completo su corazón y decidió cerrar esa parte de su vida. Él regreso a Japón y ella se alejo casi por completo. Sin embargo, cuando se enteró por parte de Wakiya de lo que estaba pasando decidió que tenía que ayudarlo. Sabía perfectamente que él lo amaba y que estaba siendo un estúpido con Valt, no permitiría que eso pasara, ella lo había dejado libre y no había luchado para que él fuera feliz, tenía que hacer que Shu recapacitara y recuperará el amor de ese chico, a cualquier precio.

—Y funcionó Shu, ahora eres feliz pero yo... jamás te deje ir por completo ¿Cierto?, Aún me dolía verte feliz a su lado.

Quitó el broche de la pulsera y la sujeto con ambas manos sonriendo con ternura.

—Pero ha llegado la hora —susurro al viento— es hora de despedirme por completo y seguir con mi vida, también quiero una familia como la tuya.

El viento soplo fuerte y levantando su mano derecha al aire dejo ir la pulsera terminando con el cariño que aún le tenía al albino. Se dio la vuelta limpiando una lágrima fugaz que había escapado de sus ojos, con la cabeza en alto comenzó a caminar sonriendo de felicidad.

Japón.

Valt estaba feliz, habían pasado un par de meses desde su matrimonio. Ahora, estaba en la sala de un hospital esperando el ultrasonido de su segundo hijo pues, en aquella luna de miel donde se habían entregado con tanta pasión él había quedado embarazado.

—Señor Aoi —el doctor le llamo y él volvió su rostro hacia él con una sonrisa— venga conmigo por favor.

Valt se levantó sintiendo incertidumbre por alguna razón, camino detrás del doctor hasta su consultorio. Se sentó esperando alguna palabra del especialista, pero él solo mantenía un rostro serio mientras revisaba los análisis de sangre al igual que el ultrasonido.

—Doctor, ¿Qué pasa? —espero una respuesta que no llego— ¿Hay algo mal?

—Valt —sintió pesadas sus palabras— hasta ahora todo iba muy bien, sin embargo, está última revisión muestra algo que no habíamos visto. Durante el ultrasonido, hace un momento no quise decirte nada y por eso fueron las pruebas de sangre.

—Sin rodeos, dime qué hay de malo con mi hijo.

—Él está bien, pero tú...

—¿Qué pasa conmigo?

—Hay un tumor cerca de tu útero, crece al mismo ritmo que el bebé y por eso no lo habíamos detectado con el ultrasonido ya que estaba oculto detrás, pero ahora que ya es más grande no se pudo ocultar más.

—No, yo no puedo tener eso —comenzó a llorar tocando su vientre con tristeza, ¿Por qué la vida era tan injusta con él?

—Valt... solo hay una opción...

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Quiero Recuperarte (2ᵈᵃ ᵗᵉᵐᵖᵒʳᵃᵈᵃ ᵈᵉ ᵐᵃᵗʳⁱᵐᵒⁿⁱᵒ ᵃʳʳᵉᵍˡᵃᵈᵒ)Where stories live. Discover now