57. Fallar es no intentarlo

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When she was just a girl she expected the world

But it flew away from her reach

And the bullets catch in her teeth

Life goes on, it gets so heavy

The wheel breaks the butterfly

Every tear a waterfall

In the night the stormy night she'll close her eyes

In the night the stormy night away she'd fly

Dream of paradise.

Paradise,
Coldplay

María.

María había tenido sus sueños muy claros desde temprana edad, y nunca dudó a que quería dedicarse. Solo había una opción para ella, no por falta de talento ni nada parecido, sino que solo era feliz cuando se veía envuelta en el arte de la actuación. Interpretar a alguien más, meterse en el papel y hacer de cada diálogo una realidad, era a lo que quería dedicarse.

Solo que nunca creyó que sería tan difícil alcanzar lo que siempre soñó.

Cuando era una niña esperó que el mundo de la actuación fuera sencillo, que estuviera lleno de audiciones en las que conseguiría el papel que quisiera, pero la dura realidad estaba muy lejos de ser como ella creía. La actuación no era solo actuar y cualquier actor podía confirmarlo. Eran noches desvelándote, aprendiendo tus líneas, dando todo de ti y aún así no ser suficientemente bueno. La frustración la llenaba, y sobre todo la decepción de si misma.

Se sentía como una fracasada. ¿Qué había hecho mal? ¿En qué parte había fallado?

No eres lo suficientemente buena, sigue esforzándote y quizás en unos años lo seas. Esas fueron las palabras, rechazándola para el papel en la serie de Fox, y pisoteando sus expectativas y optimismo.

No se lo había dicho a nadie, pero Nueva York no era lo que ella esperaba en ningún sentido. Su plan era deslumbrar a los productores con su talento, tal y como lo había hecho desde que tenía memoria, pero no planeó con que habrían cientos de personas más talentosas que ellas, y que su seguridad se viera afligida, lo cual nunca había sucedido.

María era segura de lo que tenía para ofrecer, de lo buena actriz que era, no obstante, en este punto se sentía en un eterno fracaso sin final. En los últimos meses había hecho seis audiciones y en ninguna había quedado. Siempre era la misma explicación: "Eres buena, pero..." No lo suficiente. No era suficiente.

No era suficiente.

Le gustaba el teatro, pero no quería quedarse ahí por siempre. Es decir, era lo que ella había planeado como el primer paso hacia la fama en la pantalla grande, alfombras rojas y premios, entonces, ¿cómo pudo equivocarse tanto? Un fracaso tras otro, estaba agotada de querer ser optimista al respecto.

¿Qué sería de ella si no lograba nada de lo que había cometido? Le gustaba la moda, sí, sin embargo, era un pasatiempo. Su verdadera pasión era la actuación y eso no... no iba tan bien.

Y sobre todo estaba avergonzada, y no tenía el valor para decirle a ninguno de sus amigos o familia que lo que había dicho sobre su "éxito" era una completa farsa. Nada estaba saliendo como había esperado. 

Las cartas de Dante © Onde histórias criam vida. Descubra agora