27. Prometida sorpresa

13.1K 1.2K 830
                                    

Esa noche la pasé en la empresa trabajando. La única que quedaba era yo, pues el resto de empleados se habían ido horas atrás. Agarré mi laptop y me fui hacia la sala de conferencias, ahí me deslicé por la puerta hacia el espacio al aire libre. El frío de la ciudad me estremeció, pero disfruté de esa sensación. Los arbustos se levantaban más o menos hasta dos dedos más bajos de mí, y las flores se apodaban en sus extremos. Unas lucecitas, que parecían luceros, colgaban de los extremos de arriba, alumbrando la estancia. 

Pasé un dedo por las plantas, admirando lo lindas que lucían. María, por los momentos se estaba encargando de regar mis plantas, ya sabía que si se lo pedía Isaac no durarían ni dos horas.

No habían sillas o mesas cerca, así que me senté en los muros aproximados a las plantas, poniendo el aparato en mis piernas. Estaba en busca de los materiales orgánicos, y del mejor precio. Una notificación brilló en la pantalla de mi celular. Abrí el grupo de WhatsApp en donde nos había agregado recientemente María.

María: Recordatorio de prueba de vestidos de las damas de honor y elección de mi vestido de boda. No se olviden, si lo hacen están inmediatamente desinvitados a la fiesta. ¡Muchos besitos!

Isaac: Melissa, ¿qué jodida mierda hago yo aquí?

María: M. A. R. Í. A. ¡Me llamo María!

Isaac: No me interesa, puedo llamarte como me plazca. Ahora, ¿qué hago aquí?

Jazmín: Serás el damo de honor de María.

Isaac: Ni de coña. Además, estaré ocupado.

Jazmín: Uy, uy, uy.

María: Dinos su nombre. Queremos saber.

Isaac: No.

María: Habrá papas, muchas y bebidas gratis. Tienes que ir.

Isaac: Bueno... Consideraré honrarlas con mi presencia.

Jazmín: Bah. Deja de ser tan melodramático.

Isaac: Ja, ja, ja. Mira quién habla.

María: Tienen que ir. Punto.

Isaac: Eres una mandona. Pobre Francesco. Le mandaré una botella y una nota en donde escribiré mis condolencias.

María: Ignoraré eso. Debo irme, tengo cosas importantes qué hacer.

Jazmín: La noche será salvaje ;).

Isaac: No presumas de comida delante de los pobres.

María: Jazmín creo que ya dejó ese grupo.

Isaac: ¡¿Qué?! ¿Hablamos del bambino número uno? Por fin.

Jazmín: Métanse en sus asuntos. Estoy ocupada.

María: Perfecta manera de evadir el tema.

Isaac: Chao. Ya tuve suficiente de ustedes por un día.

Jazmín: ¡Hablamos menos de cinco minutos!

Isaac: Por eso.

María: Buuu.

Sonreí divertida y dejé el celular a un lado, volviendo mi atención a la pantalla. Tenía toda la intención de continuar sumergida en el trabajo cuando mi teléfono sonó de nuevo. Sin duda era algo que haría María, y apostaba lo que fuera que llamaba para hablar sobre lo que sucedió en la cabaña con Dante.

—Sí, María. Me acosté con Dante. Ya puedes estar tranquila. Sí, fue increíble y sí, tuve no uno, sino tres orgasmos.

En la línea se escuchó un carraspeo. ¿María tenía ese tono tan grueso?

Las cartas de Dante © Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora