Capítulo 14

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—Ah, señor Choi Siwon.

El anciano y su pareja pusieron atención a la joven que apareció de imprevisto frente a ellos. 

—Oh, señorita Ong— exclamó el anciano. Ninguno esperaba que la joven les dirigiera la palabra. 

—¿Ha visto a Minho?

La pareja frunció el ceño. 

—¿No estaban bailando hace un momento?— preguntó el doncel Yesung con extrañeza. 

—Sí, pero lo perdí de vista.

—Que extraño, no lo he visto ¿Tu cariño?

Yesung negó con la cabeza.

La señorita hizo una mueca. Ofreció una reverencia breve a los mayores y se dio vuelta para seguir buscando entre la multitud. 

Cuando se quedaron solos, el doncel susurró al oído de su marido.

—Taemin tampoco está.

🧡🧡🧡🧡

Esto tenía que ser una broma...

Ni Taemin en sus más pesimistas fantasías se había visto en una situación así: solo, en la terraza de la mansión, en el exterior como un soldado desarmado en la frontera enemiga y frente a él, en efecto, estaba su enemigo Choi Minho, mirándolo, juzgándolo, o quizás incluso insultándolo con la mirada. No lo sabe porque el hombre no ha emitido ni una sola palabra.

Eran aproximadamente las once de la noche, hora ideal para huir sin ser visto ni perseguido. No abría gente en las calles, ni toque de queda militar al encontrarse la ciudad en un periodo "pacifista". Pero, cuando por fin había recuperado la determinación de ejecutar su plan, ese hombre apareció como un mal augurio. 

Taemin se recordó amargamente que estaba frente al amor de su vida, al hombre al que le entregó su corazón y su cuerpo, su alma, lo mejor de él. Le dolería como nunca, pero nada más podía hacer. Ese sentimiento seguía ahí, al menos lo suficiente como para que tuviera el impulso de correr a sus brazos. En su corazón experimentó el deseo de que ese hombre lo tomara y lo llevara a otro lugar para besarlo y reclamarlo, tal como ocurrió la ultima vez en la Escuela Militar. Deseaba yacer con él una ultima vez. 

¿Pero que resolvería con eso? 

Más importante aún, Minho había estado sospechando de su mentira, pero no había vuelto a tocar el tema. El doncel no está realmente seguro de que Minho y el matrimonio Choi le hayan creído la mentira, pero ya no habría tiempo para averiguarlo. 

Taemin esa noche dejaría Shanghai.

Nada de lo que sucediera afectaría sus planes o su corazón, o eso esperaba. 

Justo cuando pensó que era hora de alejarse del General, este ultimo dio un paso al frente, emanando esa seguridad y fortaleza. 

—¿Quién era él?

El doncel le dio una mirada confundida. Claramente no esperaba aquella frase.  

—¿Eh?

Minho chistó y dio otro paso hacia el doncel. 

—El hombre con el que bailaste, ¿quién era? 

Taemin sintió ganas de reír. En verdad le estaba preguntando eso. ¿Con qué cara?

El doncel quería gritarle que no tenía derecho a saber ni él tenía el deber de decírselo. Incluso pensó en la forma más orgullosa y altanera de insultarlo y salir de ahí. No obstante, como si aún llevara la cadena del matrimonio atada a él,  respondió sumiso como un buen esposo doncel haría: con calma. 

FRUTO DEL AMORWhere stories live. Discover now