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Cuando Mingi volvió del trabajo, se encontró con la curiosa imagen de Yeosang sentado contra la cabecera de la cama, con Jongho acostado sobre su regazo. El rostro del omega menor estaba apoyado contra el vientre de Yeosang, y éste no dejaba de acariciar su cabello a la vez que tarareaba una canción suave.

La imagen en sí era hermosa, pero Mingi sintió más curiosidad por saber qué sucedía.

Su omega buscó su mirada y le dedicó una expresión lastimera, sus ojos estaban algo tristes y Mingi supo entonces a qué se debía la ligera angustia que había estado sintiendo desde hacía un rato. Se acercó y se sentó sobre la cama, junto a Jongho.

—Ho... —lo llamó, con voz queda, pero el omega no se movió. Mingi buscó de nuevo la mirada de Yeosang, confuso.

—Está despierto, pero no quiere hablar. Ni siquiera yo sé qué le pasa.

—Ho... —Mingi volvió a llamarlo—. Jongho, ¿qué fue lo que sucedió?

Jongho finalmente exhaló un suspiro y se levantó. Yeosang notó entonces que sus ojos estaban mucho más hinchados que antes, toda su cara era un desastre de lágrimas e incluso su olor estaba tan apagado que parecía no tener vida. Yeosang no podía sentir nada provenir de él, se había ido apagando poco a poco, hasta parecer solo un despojo de lo que usualmente era.

—Ho... —insistió Mingi, sintiéndose extrañamente dolido al ver al menor así. Jongho se giró a verlo, sin cambiar en lo más mínimo la expresión de su rostro.

—Yunho me lo contó todo —musitó, su voz apenas audible. El humano abrió sus ojos, sorprendido.

—¿Todo? ¿Qué todo?

—Todo, Mingi... sobre su vida, su infancia aquí, su madre, y sobre... sobre ese híbrido. Sobre lo que le dijo, sobre lo lastimado que estaba...

—Oh... —Mingi no sabía exactamente cómo tomarse eso. Realmente no pensaba que Yunho fuera capaz de hablar de eso.

—Hay algo que quiero pedirte —Jongho pareció sacar fuerzas de alguna parte para decir aquello—. ¿Podrías dejarme pagarte el alquiler de este mes a plazos?

Mingi frunció el ceño.

—¿A qué viene eso, Ho?

—Quiero usar el dinero que gane ahora para irnos de aquí. Bueno, al menos yo.

—¿Qué? —Mingi y Yeosang preguntaron a la vez.

—No creo que sea bueno que yo esté aquí después de todo.

—¿Qué fue lo que te dijo Yunho? ¿Descubrió algo? ¿O fue que...

—No. Yunho no sabe nada. Pero... es mejor que siga así. Yo... quise tanto decirle que no tenía por qué odiar a los híbridos, que no todos éramos así, que no todos queríamos lastimar a los humanos, que yo no lo quiero lastimar pero... si le digo algo así, le dejaría saber lo que soy... solo estaré confirmando su punto. Llevo tanto tiempo guardándole un secreto, mintiéndole, engañándolo, haciéndolo sentirse mal... no quiero lastimarlo, pero tampoco quiero sentir su odio. No podría vivir con eso... es demasiado jodido. ¡Todo está demasiado jodido desde el principio!

—Jongho, cálmate, no tienes que apresurarte a hacer nada. Piensa... piensa en cómo se sentirá si lo abandonas de repente.

—No lo haré de repente. Yo tampoco podría soportarlo. Pero, tal vez... si me alejo poco a poco, aprenderemos a vivir sin el otro, tal vez pueda cortarlo todo con el tiempo sin que Yunho se entere de nada.

—¿Te estás escuchando? —interrumpió Yeosang—. ¿En serio crees que distanciarte de tu pareja destinada va a hacer que se acostumbren a vivir separados hasta que ya no se necesiten?

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora