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Mingi sintió que alguien tocaba a la puerta de su cuarto. Se quitó la almohada que tenía en la cara y respondió con voz cansona.

—Está abierto —ni siquiera se levantó, sólo permaneció tirado en su cama, con la vista perdida en alguna parte del techo color marfil de su habitación.

—Mingi... —era su hermana mayor—. Te traje algo de comer —ella entró y cerró cuidadosamente la puerta. Dejó la bandeja en la mesa auxiliar de su hermano y se sentó junto a él en la cama—. ¿No vas a comer?

Mingi se acomodó, descansando su cabeza sobre el regazo de su hermana para que ella jugara con sus cabellos.

—¿Me vas a contar qué te pasa? ¿Problemas de chicos?

Mingi exhaló un pesado suspiro. Su hermana lo continuó acariciando, dispuesta a esperar el tiempo que fuera necesario para que él hablara al menos un poco.

Todos en casa ya estaban un poco incómodos con él. Rara vez Mingi pasaba más de dos días seguidos en casa y ya llevaba cuatro. Además, había permanecido casi todo el tiempo encerrado en su habitación. No lucía triste o algo así, pero sí lucía preocupado, había algo rondando su mente y no conseguía dar con la solución. Era extraño que tuviera un asunto que lo preocupara hasta ese punto, siempre había sido independiente y maduro, capaz de razonar. No era alguien que tuviera tendencia a hundirse en sus problemas.

—No exactamente —contestó, su voz un poco ahogada contra los muslos de su hermana.

—¿A qué te refieres con eso? —Mingi se irguió un poco para buscar su mirada, la duda desfilando por sus ojos.

—Si yo... y estoy hablando hipotéticamente... decidiera, no sé, casarme, ahora mismo... ¿crees que sería una locura?

—¿Te vas a casar? Pero si tú... —su hermana se llevó las manos al rostro, desconcertada.

—¡Dije que estaba hablando hipotéticamente! Sólo digo... si fuera a meterme en una relación, que fuera a durar para siempre... ¿sería sensato hacerlo? ¿Ahora?

—Pero, ¿exactamente qué te preocupa? ¿La duración de la relación? ¿O la persona?

—La persona... la persona no es el problema, es que.. es una situación de todo o nada. Y nunca me han gustado ese tipo de opciones.

—¿Cómo es posible que sea una relación de todo o nada? ¿Y si dejas de amar a esa persona?

Mingi se quedó pensativo. ¿Era posible? Si Yeosang era su... omega, si conseguía enlazarse con él, si se volvían una pareja... ¿podría dejar de amarlo algún día? ¿Acaso eso podía funcionar así?

—Técnicamente eso no debería suceder —contestó, su mirada ahora estaba fija en sus propias manos—. Hipotéticamente hablando, voy a amar a esa persona para siempre.

—Bueno pues, hipotéticamente respondiendo, no creo que deba haber ningún problema. Estás hablando figuradamente de la relación perfecta: amor eterno.

—Pero... no siento que sea correcto tomar una decisión así a mi edad.

—Entonces espera.

—Esperar duele. Hipotéticamente le necesito. Mucho.

—Mingi... ¿exactamente de qué estás hablando? Y deja esa idiotez de las hipótesis —su hermana estiró los brazos sobre la cama y se echó hacia atrás, dedicándole al chico una mirada severa.

Mingi no se atrevía a enfrentar sus ojos.

—Puede que… que me case con alguien.

—¿Una chica?

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora