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Salieron de la casa con paso tranquilo. Jongho hacía todo lo posible por ocultar su emoción, pero la verdad era que estaba eufórico. Era la primera vez que iba a salir a explorar la ciudad y se moría de ganas por ver cómo eran las cosas allí.

Si pudiera tener su cola afuera, la estaría sacudiendo de un lado a otro, aún cuando su rostro luciera inexpresivo y su andar fuera resuelto y relajado. Wooyoung caminaba junto a él como pez en el agua. Obviamente el omega estaba más que acostumbrado a eso, pero Jongho seguía sin acabar de sentirse cómodo. Le gustaba ver como el mayor parecía irradiar elitismo con cada gesto o movimiento que hacía. Ese era su medio: la ciudad, los humanos. Todo eso que Jongho consideraba maravilloso.

Se dió cuenta de que llevaba toda su estancia allí sin haber salido siquiera al jardín, así que cuando cerró la verja tras de sí y se enfrentó a la calle amplia y libre, sintió ganas de correr. Una sonrisa se dibujó automáticamente en sus labios y se acomodó un poco el suéter debido a que le apretaba un poco en los brazos. Por fin iba a ir a explorar, a mezclarse con todos esos humanos. Eso lo ponía un poco nervioso, pero se sentía bien con el Jung a su lado.

—¡Jongho! —escuchó su nombre en aquella voz que conocía perfectamente.

—Mierda... —musitó mientras un ligero sobresalto mezclado con vergüenza lo recorría. Tanto él como Wooyoung se detuvieron en seco. Se giró a ver de dónde provenía la voz y tuvo que aguantar la risa al ver a Hongjoong, frente a la tienda de mascotas, con un delantal verde y una escoba en la mano. Se hubiera reído a carcajadas si no fuera porque la expresión del mayor daba genuino miedo.

—¡Ven acá! —Hongjoong le volvió a gritar, señalando el suelo a sus pies con uno de sus índices.

—¿Te metiste en problemas? —le preguntó Wooyoung.

—No... espero —el Choi cruzó la calle con paso rápido y corrió los últimos metros que lo separaban de la acera contraria para evitar los autos. Hongjoong lo esperaba con los brazos cruzados sobre su pecho.

Al llegar a la entrada de la tienda, notó que Seonghwa también estaba allí. Le recordaba del día anterior, tanto su olor confuso como su mirada ligeramente hostil. Ahora Seonghwa lo miraba incluso peor, claramente incómodo por la actitud de Hongjoong.

La próxima vez que el Kim le volviera a decir que el chico no tenía un crush con él, Jongho tendría los argumentos necesarios para refutar esa afirmación.

Eso es algo que todo omega sabe sentir: la tensión que se crea cuando el alfa que alguien más desea te presta más atención de la necesaria.

—¿Se puede saber adónde crees que vas? —Hongjoong alzó una de sus cejas, aún con los brazos cruzados. A Jongho no le gustaba esa actitud de alfa peleador pero no era como si fuera a discutir con él por eso. Además, el olor del alfa, más que enojo o dominación, reflejaba preocupación.

—Iba con Woo a buscar unas medicinas —le abrió un poco los ojos para que Hongjoong entendiera sin necesidad de decir exactamente cuál era el asunto frente a Seonghwa. El rubio movió sus labios, pensativo.

—¿Y entonces ibas a salir sin avisarme?

—Iba con Woo, no hay de qué preocuparse —señaló al pelirojo, quien permanecía de pie en la otra acera.

—Ustedes dos... ya sabes cómo es eso.

—Estará bien. Sabes que este barrio no es tan peligroso —Jongho miró de reojo a Seonghwa, el esfuerzo mental que tenía que hacer para no decir nada comprometedor frente al chico lo estaba extenuando. El Park seguía luciendo incómodo, como si quisiera decirle con su mirada que se perdiera.

No Pets Allowed! | 2HoWhere stories live. Discover now