𝒞𝒶𝓇𝒾𝒸𝒾𝒶𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒸💍𝓇𝒶𝓏ó𝓃 [NamJin/JinNam] •Terminada•

CAPÍTULO 45

⚠️🔞 Capítulo con contenido explícito, si no te gusta o no es de tu agrado, puedes simplemente no leerlo, la narrativa no se ve afectada 🔞⚠️

Durante los siguientes días ambos volvieron a la ciudad donde ahora residirían, Jin no quería que Nam volviera a recaer en su estado deprimente y lo arrastraba con él a todos lados. Se hospedaron en el mismo hotel, la casa que Nam había comprado para Jin estaba intacta. Lo primero que hicieron al llegar fue visitar a un decorador de interiores, ya que necesitaban apresurar las cosas para comenzar a habitar la casa y entre el trabajo de ambos no les era posible permanecer en la pequeña ciudad durante mucho tiempo.

Ambos se habían envuelto en adecuar la casa, desde que llegaron comenzaron a ver lo que querían, esto ayudó a Nam a mantener su mente ocupada, ya que Jin lo involucraba en cada cosa por mínima que fuera. Pronto olvidó el encuentro con su madre, comenzando a ser el mismo Nam de hacia unos días atrás, un chico risueño que idolatraba a su amado esposo, apasionado de la música y sus grandes letras.

El estado de Nam y todo lo ocurrido había afectado en gran parte a su agenda por el lanzamiento de su primer álbum, el señor Park había hablado con Nam, pero éste estaba reacio a dejar a Jin para envolverse en su promoción tardía, por ello habia tenido que recurrir a Jin para convencerlo de volver.

-No quiero volver sin ti.

-Namjoonie es necesario que lo hagas, solo serán dos días.

-No quiero, que lo cancele el señor Park.

-Nam no es tiempo para que te comportes como un niño.

-Pero amor... -Jin estaba sentado a horcajadas sobre Nam y silenció a este con un beso.

-No le has dado la promoción debida a tu álbum, sabes que por tu tipo de promoción por lo menos debes participar en las entrevistas.

-Pero no estarás tu..., no se si pueda hacerlo solo.

-No estás solo, el señor Park estará contigo, solo no debes ponerte nervioso, todos quieren conocer al novato que a tocado la fama a lo grande con solo un álbum -Nam sonrió apenado.

-De todas formas, no me quiero separar de ti -besó su mano con devoción-, ni por un metro te quiero lejos.

-Tengo que aprovechar estos días, para ultimar todo, así dentro de dos semanas ya nos podamos establecer completamente en la casa.

-Mmmm... lo sé..., ¿Haz pensado que hacer con el departamento?

-Lo mantendré, tiene muchos recuerdos bellos contigo, no me gustaría que quede en manos de alguien más, además -beso su cuello haciendo a Nam estremecer-, puede ser nuestro punto de encuentro, en algún futuro.

-¿A que te refieres?

-Seria un lugar para reavivar la llama de nuestro amor.

-Yo preferiría que fuera un escape, cuando tengamos alguna situación, un lugar para reencontrarnos como los amantes que somos, porque no dejaré que nuestra llama cese en ningún momento -sus labios se encontraron en un beso intenso que cortó sus respiraciones. Aspirando el aire con dificultad volvieron a unirse en besos cálidos, Nam abrazo a Jin por la cintura y se puso de pie con este aferrado a él con sus piernas alrededor de su torso, mientras sus manos expertas desabotonaban su camisa con rapidez.

Nam depositó a Jin sobre la cama, comenzando a despojarle de su ropa, hasta quedar piel con piel.

-¿Qué hare contigo mi amado esposo? -besaba con delicadeza cada parte de su piel.

-Amarme de todas las formas posibles, así como yo lo hago.

-Siempre..., nunca lo dudes Jin.

Los besos poco a poco se volvieron intensos, sublimes. El roce de sus cuerpos, encendía más el placer en cada uno, abriéndose paso en las cavidades de cada uno disfrutando de sus bocas, devorando sus labios a libertad. Nam se posicionó entre las piernas de Jin, ingresando lentamente en él, mientras este llenaba la habitación de gemidos suaves al ser allanado de esa forma, su cuerpo reconocía las manos de Nam, y se estremecía en respuesta, al igual que su cuerpo entero cada que su esposo lo hacía suyo. Nam recorría su piel con suaves besos, mientras sus embestidas eran a un ritmo constante suave, lento, disfrutando cada parte de Jin como la droga que era para él, consumiéndolo lentamente, así hasta casi hacerlo tocar el cielo, cuando estuvo a punto de llegar a su orgasmo, este lo detuvo.

-Quiero~ hacer algo~ diferente -Jin rodo sobre Nam quedando encima.

-¿Qué se metió en tu mente Jinnie?

-Esta noche no seré el único que sea consumido -besó a Nam de forma intensa y abriendo sus piernas ingresó lentamente en él, sus gemidos se hicieron presentes, acallando los de Jin al ser abrazado por el interior de su esposo, comenzó a moverse lento, el cuerpo de Nam estaba en la culmine de la excitación, su piel reconocía y amaba los labios sedosos que dejaban rastros por ella, besando cada parte, sus suaves manos que recorrían su torso, proclamándolo suyo.

Sus movimientos se hicieron más rápidos, tocando el punto dulce de Nam, haciéndolo estremecer con cada estocada, mientras llenaba la habitación con sus gemidos suaves y su respiración agitada, ante la llegada del orgasmo que recorría cada parte de su cuerpo y se intensificaba al sentir los labios de Jin recorrer su piel, así hasta liberar el éxtasis de forma cálida entre sus cuerpos, para poco después ser llenado por el éxtasis de Jin en su interior.

Saliendo de él, se colocó a horcajadas sobre Nam, envolviéndose en besos cálidos, hasta tranquilizar sus respiraciones agitadas. Comenzó a moverse sobre el miembro de Nam, ingresándolo nuevamente en su interior, mientras este lo veía y disfrutaba todo a detalle, ingresando profundamente en Jin, quien gimió estruendosamente al ser tocada tan profundo por Nam, comenzó a moverse lentamente sujetándose del pecho de este, quien sujetaba a la vez su cadera, ayudándole con sus embestidas más rítmicas a su cuerpo que comenzaba a temblar ante nuevamente la presencia de su orgasmo, terminando sobre el vientre de Nam, y éste lo hacía llenando su interior cálidamente.

Derrumbándose sobre su pecho con su cuerpo adornado por ligeras perlas de sudor. Nam beso su frente, disfrutaba la versatilidad de su relación, amaba que Jin fuera suyo y que lo fuera de él, amaba sus manos delicadas y suaves, amaba su piel aterciopelada, sus labios sedosos, lo amaba, todo de él, cada parte que lo reclamaba como suyo, porque le pertenecía, se pertenecían.

Así la noche pasó entre besos y caricias, gemidos suaves e intensos, consumiéndose a voluntad mutuamente hasta que la mañana llegó y sus cuerpos cansados reclamaban el descanso deseado.

-Luces muy hermoso amor...

-Lo soy -sus ojos comenzaban a cerrarse, sus mejillas estaban completamente sonrojadas.

-Lo eres... -beso su mejilla mientras lo miraba de forma dulce, estaba agotado pero verlo así le encantaba, sus labios hinchados y rojos por la forma en que los consumía y sus mejillas sonrojadas, eran algo digno de ver cada que se entregaban.

-Tu también luces hermoso...

-Estoy hecho un desastre -sonrió levemente.

-Pero eres el desastre que yo ocasione -le dio un beso cálido-, mío y de nadie más.

-Solo tuyo...