◤℘ Dos Corazones: Un Hogar◢

Capítulo 24

—Así que dime, amor ¿que te incitó a llamarme por primera vez sin que deba insistirte? —Anne colocó una mano para apoyar su barbilla mientras miraba con toda la atención posible a su hijo, llevaban un rato hablando pero como madre ella sabía que detrás siempre había una razón.

La cual comprobó al ver sus ojos ligeramente lagrimosos, mandando un escalofrío por todo su cuerpo.

—¿Qué pasa, Hazz? Cariño, puedes decirme lo que sea.

—Lo sé, lo sé... perdón —suspiró, intentando serenarse y no llorar frente a su progenitora. No le daba vergüenza, sino malestar tener que hablar de ello pero de verdad lo necesitaba— mamá...

—Con calma, cielo —recordó.

—Necesito que me ayudes, se trata de Louis —fue directo y le extrañó no romperse a llorar, Anne frunció el ceño— ¿tienes tiempo de escucharme o debes hacer algo? Solo... solo quiero hablar sin interrumpirte.

—Amor, ¿me has dejado volver a trabajar? No, tampoco planeo salir recuerda que Lottie está conmigo.

—Cierto, cierto... ella también tiene mucho que ver —pasó saliva, mirando un instante sus manos antes de volver a ella— en primer lugar; Louis no vino en el mismo autobús que yo, sino otra chica.

—¿Lo estás engañando? Edward —llamó severa.

—No mamá, el management me consiguió una novia falsa. Me extraña que no hayas leído sobre ella, es modelo y se llama Kendall.

—No me interesa mucho la moda, menos con tanta gente altanera luciendo —suspiró— en fin, continúa.

—Bueno, al principio yo no quería y Louis tampoco pero Simon, el dueño de la gestión insistió mucho y al final Louis terminó por convencerme. Eso no me extrañó mucho al principio pero me molestó. Luego empezó a usar mucho a Louis como si fuera su empleado y terminé por ir a hablar con él, ¿sabes lo que me respondió, mamá? ¿Tienes una idea? —apretó los labios, Anne permaneció en silencio— No es un error que mis canciones hayan terminado en sus manos, Alexander lo hizo ver así porque Simon le había pagado —la ojiverde colocó una mano en su frente— pero eso mamá, no es lo más importante, sino lo que está pasando después. Yo insistí para que comenzara a trabajar con él, un puto egoísta sin imaginar que iba a ser peor —gruñó.

—¿Cómo está Louis? —sus ojos tomaron la misma intensidad que los de su hijo, intuyendo lo que diría después.

—No lo sé. No sé con qué lo amenazó y me estoy volviendo loco —sollozó finalmente, cubriendo sus ojos—. Lottie inició esto, queriendo abrirnos los ojos y Niall no decía nada, hasta estos últimos shows. Mi novio, mi novio mamá, parece un cadáver, no queda mucho de él y tengo miedo —la miró con una mezcla de miedo e impotencia— le dije que olvidara las canciones y volviéramos con Liam, pero me corrió del hotel, no sé que hacer.

Anne se quedó en silencio por un largo rato, tratando de conectar todos los puntos y sacar sus propias conclusiones. Tendría que hablar con Lottie y quizás protegerla, no sabía porqué la descabellada idea de la madre del castaño y la pequeña llegaron tanto a su mente pero el estómago se le revolvió.
Miró a su hijo por unos segundos más, lo mucho que le había cambiado la vida cuanto parecía de nuevo su pequeño bebé acompañando a su hermana para vender galletitas.

—Hijo —llamó, pasando el desagradable nudo en su garganta— ¿recuerdas lo que te dije cuando dejaron de ir a la calle con Gemma? Eras muy pequeño, pero ¿lo recuerdas?

—Que sabías que si no eras tú o mi hermana, siempre habría personas que me quisieran mucho más —asintió, frunciendo ligeramente el ceño.

Anne asintió, pensando un momento más antes de hablar.