Capítulo 20

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—Bien, ya comprobé que definitivamente la montaña no vendrá a mi y tengo que ser yo la entrometida —la mujer con los jades similares a los del rizado entró a la oficina, bufando cuando el menor le rodó los ojos. Avanzó hasta una de las sillas y lo miró con atención— podrías empezar a hablar ahora.

—No entiendo tu propósito con "la montaña", mamá, así que sí pudieras ser más específica —recalcó esa última palabra, dejando los documentos de lado para prestarle completa atención, la verdad era que entendía su propósito y con el simple enarcamiento de cejas que tuvo lo comprobó. Lo que también solo le hizo soltar un suspiro— lo siento, era complicado.

—Tenía intenciones de que alguien te enseñara algo de madurez pero al parecer tú lo llevaste hasta otro lado —sonrió divertida—. ¿Por qué no me lo dijiste? Y no digas que es complicado porque siempre te he escuchado, incluso en tus berrinches.

—Llevamos muy poco, ni siquiera hemos completado el mes y con lo ocurrido con Johanna pensé que Louis no estaría de humor —admitió, recargando la sien en una de sus manos dobladas sobre el escritorio— además, ha estado algo distante, no lo entiendo.

—Han tenido mucho trabajo amor, en dos días van a estar emprendiendo una gira —estiró un brazo, tomando la mano libre de su hijo quien la miró con ojos dudosos— Harry...

—Lo digo en serio mamá, él tenía controlado lo de su madre y sé que se desahogó lo suficiente conmigo, pero hay algo extra que no entiendo y él no me lo explica.

—Nunca pensé verte preocupado por esto, ¿quién eres y qué hiciste con mi hijo? —rió, Harry negó mientras rodaba los ojos y una sonrisa crecía en sus labios. Retiró su mueca quedándose de nuevo en una seria— ¿Qué es lo que sientes realmente?

—Como si algo no encajara —suspiró, retirando la vista de su progenitora para dejarla en un punto perdido— el martes; cuando se ausentó todo el día llegó raro, no parecía tener nada malo pero me pidió un abrazo.

—Todos necesitamos uno de vez en cuando, Louis no es la excepción y estar bajo tanta presión puede generarle mucho cansancio —retiró su mano, dando un piquete a la punta de su nariz— verás que cuando esto termine volverá el mismo Louis de antes.

Harry frunció ligeramente el ceño, apartando la mano de Anne, quien suspiró; decidiendo dejar el tema hasta ahí. Se aclaró la garganta y retrocedió en su asiento.

—Quiero hablar contigo de otra cosa, ya dejaremos la cena con Louis para otro día —al menor ya no le sorprendía ese planteamiento, por lo que no interrumpió—: se trata del dinero, todo este tiempo lo he manejado porque soy tu madre, pero ¿no quisieras que cambiáramos eso a nombre de Louis? —enarcó ambas cejas, eso sí le sorprendió— Yo ya no estoy muy al tanto de varias cosas —recalcó— y él es quien te sigue ahora a todos lados; sabe por donde se mueven, las transferencias... lo había considerado hace tiempo pero era externo a la familia.

—¿Ya pensabas en deshacerte de mi? —Anne le dirigió una mala mirada ante la sugerencia burlona, a lo que Harry rió— Deberías preguntarle a él, en cuanto tenga tiempo, claro —casi rodó los ojos, solo se controló por su madre.

—Lo haré, sino mandaré a alguno de mis agentes secretos para que lo arrastren aquí, no tolararé que ese jovencito me ignore por trabajo —cruzó los brazos, fingiendo estar seria mientras observaba la expresión asombrada de su primogénito.

Harry parpadeó un par de veces para volver a enfocarse.

—Creí que el posesivo –de cierta manera– debería ser yo. He vivido contigo desde antes de nacer y creo que aún no te conozco —entrecerró los ojos, mirándola por encima de sus dedos entrelazados con interés— ¿Qué más puedo obtener de ti? ¿Tienes tu propio calabozo?

◤℘ Dos Corazones: Un Hogar◢Where stories live. Discover now