6. ¿Amor de a dos o de a tres?

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El comedor de la escuela está abarrotado de gente, así que debo recibir algunos codazos y dar uno que otro para conseguir algo con que llenar mi estómago. No me gustan las multitudes hambrientas para nada, pero no hay algo que yo pueda hacer al respecto. Es jueves de albóndigas, lo único que realmente puedo afirmar que hace exquisito la cocinera de la cafetería.

Frente a mí una coleta de color castaño claro se balancea de un lado al otro, y si sigo el movimiento hasta podría hipnotizarme con seguridad.

—¿Puedes darme un refresco de naranja con eso, por favor? —pide la chica a otra de las cocineras. Ella se toma su tiempo y mi estómago reniega con un sonido fuerte.

Gracias a que hay demasiado ruido nadie pudo haber escuchado eso, así que me ahorro otra vergüenza para la semana.

Yupi

La chica se toma como una eternidad y cuando pienso que voy a tener que decir algo, ella se gira y me ofrece una sonrisa de disculpa.

—Lo siento, prometo ser más rápida la próxima vez —y su sonrisa es tan perfecta y brillante que me siento como observando un comercial de pasta dental. Ella toma su comida y la coleta se sigue balanceando mientras camina hacia su mesa.

—No te quedes todo el día ahí parada niña. —Me reprende la cocinera y despierto de mi absurda ensoñación. Tomo mi almuerzo y compro algunos dulces para después antes de dirigirme a mi propia mesa.

Holly y Beau están organizando una pila de papeles, absortos a lo que pasa a su alrededor hasta que mi amigo levanta la cabeza y alarga el brazo.

—Oh, mierda, adoro los jueves de albóndigas. — Beau dice al mismo tiempo que roba fortuitamente una de mis albóndigas, el muy descarado.

A Holly no le hace mucha gracia su acto.

—Si le cae una gota de salsa a esos papeles, Beau Carter, te mataré mientras duermes y luego invocaré tu espíritu para atormentarte.

—Me encanta cuando te pones modo amenazante, amor. Jodidamente sexy.

Y en eso, su mano casi toca el papel al tratar de abrazarla. Lo detengo con un movimiento de mi cuchara. Holly y yo suspiramos al tiempo.

—Tragedia evitada —celebro—. Me merezco un premio.

—¿Qué clase de premio?

—Que no las usemos —respondo mirando fijamente a la morena. Holly pone inmediatamente esa mirada de cachorro abandonado y no puedo creer que esté a punto de ser chantajeada —. Oye, está prohibido usar esa mirada durante el almuerzo.

Con razón desea ser la Representante de los Estudiantes este año, la chica sabe jugar con sus expresiones. Este es nuestro último año en la secundaria, y según ella es su última oportunidad para empezar a impresionar a la universidad a la que ha deseado entrar desde pequeña. Claramente un lugar en la carrera de abogacía allí es defendido con dientes y uñas. Pero Holly tiene bolas de acero. Bueno, no exactamente bolas. ¿Ovarios?

—Por favor Gigi, solo será durante la campaña. ¿A quién le importa que llevemos corbatas a juego? Es muy Gossip Girl. A todo el mundo le gusta Gossip Girl.

—A mí no —señala Beau.

—Entonces ¿por qué sabes literalmente todo sobre esa serie? —inquiere.

Él se encoge de hombros —. Porque a ti te gusta.

—¿En serio? —comenta Holly, sorprendida —. No tenía idea.

—No es como si fuera a admitirlo ante ustedes dos alguna vez de nuevo, pero odié a Chuck. Aunque no me importa el asunto de las corbatas, creo que le da un toque especial.

Entre besos y olas✔️Where stories live. Discover now