Capítulo Cuatro.

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—¿Boruto? ¿Qué haces aquí aún despierto? ¿Nos andabas esperando? -Habló su madre, Hinata Hyuga, al verle ahí solo en la sala. Era algo raro, su pequeño los había dejado de esperar de su trabajo desde hace mucho tiempo. 

—De hecho, sí, es que necesito hablarles de algo ahora. -Se levantó y caminó al lado de ellos. 

—¿No podríamos hablarlo mañana temprano? Tuvimos una jornada medio tediosa en el trabajo y necesitamos descansar. -Ahí empezó a hablar Naruto, su padre, mientras se quitaba el abrigo para dejarlo en el perchero cercano a la puerta. 

—¡No! -Levantó el tono de voz, algo que sorprendió a los mayores. —Por favor, es sobre algo realmente serio, se trata de Himawari... 

"No escucharon cuando yo la estaba pasando mal, no hagan lo mismo con Himawari... No lo merece, por favor."

Hinata y Naruto se dieron una mirada preocupada y luego vieron a Boruto, se lo veía algo tenso y daba a entender que el tema de verdad era serio, así que decidieron escucharlo ahora. Se fueron a sentar a los sillones y su hijo los siguió. Cuando los esposos se acomodaron, Naruto le hizo una señal a Boruto para qué empezará a hablar, aunque este, antes de que comenzará con el relato, sintió que alguien lo abrazaba por detrás y apoyaba su cabeza en sus hombros, obviamente era Mitsuki. 

—Dijiste que los abrazos te calmaban, así que te abrazaré para que no te estés nervioso mientras les hables.

El rubio asintió, inhaló y exhaló una gran cantidad de aire para luego empezar a contarles a sus padres lo que le ha pasado a su pequeña hija estos días. No omitió ningún detalle, quería que supieran todo lo que ella vivió y sintió. 

Mientras contaba todo, vio como las expresiones de sus padres cambiaban de la tranquilidad, al desconcierto, de la preocupación al enojo y frustración. Su madre incluso había comenzado a sollozar, seguramente se sentía super culpable, como Boruto se sintió al descubrir todo. 

—Y eso es todo lo que me ha contado Himawari, espero que ustedes puedan ayudarla a reportar esto a las autoridades de su colegio... 

Su madre, al ver que ya su hijo había contado todo, se levantó y fue al cuarto de su hija, tenía tantas ganas de disculparse con la pequeña, por haber sido tan descuidada estos años con respecto a su cuidado. 

En cambio, Naruto había permanecido en silencio en su lugar. Esperó a que su esposa entrara al cuarto de Himawari y cerrará la puerta, para que así, no escuchara lo que le iba a decir a su hijo sobre lo que opinaba del tema. 

—Boruto, como tú dijiste, este tema es muy serio, así que... ¿Estás seguro de que lo que dice Himawari es verdad? Porque si es un malentendido o una broma, esto podría ir a peor... 

"¿Qué... acabas de preguntar...? ¿Cómo podría ser una mentira?" El rubio estaba estupefacto, esperaba cualquier tipo de reacción por parte de su padre, menos esa, ¿Por qué elegía desconfiar de su propia hija...?

¡Él no la había visto cómo la vio Boruto...!

Mientras contaba lo que sufrió, su pequeña hermana se veía tan rota, frágil y desconsolada, lloraba a cántaros y temblaba del miedo al rechazo por lo que le habían dicho sus compañeros. 

Por todo esto, la pequeña hasta llegó a hacer algo que, si salía todo bien, no iba a volver a abrir los ojos, y no se vería con su familia nunca más... Sí se encontraba así de mal, ¿¡Por qué lo que contó sería una broma o un malentendido!? 

Su enojo había aumentado, quería golpear a su padre, ignorando todo lo que este alguna vez hizo por él, darle la vida, brindarle las comodidades y que nunca permitió que le faltara nada material. Pero no podía perder los estribos, no quería que su ángel lo viera hacer algo así. Su mente se encontraba en blanco y no sabía cómo responder al ignorante de Naruto. 

Ángel Guardián | Borumitsu Where stories live. Discover now