5. 2012: Última parte.

120 7 0
                                    


Con el pasar de los días de la llegada del híbrido Mikaelson, las cosas en el barrio se volvieron complicadas para todos. Incluyendo para el circulo personal de Marcel -por sobre todas las cosas- y aún más para las brujas del barrio.


Danae no toleraba que las cosas fuesen así, había soportado a Marcel y sus vampiros durante décadas en dos diferentes vidas, no era alguien que le causase problemas, ¿Pero Niklaus? Ese híbrido del demonio complicaba las cosas para todos, incluyéndola.


Danae, como su primera naturaleza y la que ahora le correspondía -bruja- podría sentir que sus "compatriotas" tenían algo en mente. Traían un plan y un arma en contra de los vampiros en general, el control hacía los lobos y, por supuesto, que las brujas recuperasen el control total del lugar, tal como siempre se presupone que fue.


Para la alguna vez Géminis le era indiferente quién tuviese el control del Barrio a esas alturas del partido. Lo que si le importaba era saber que podría llegar al bebé que su "colega" vio en la visión. Aunque claro, tenía que ser precavida, cuidadosa de cada movimiento que pasase, pero sobre todas las cosas, paciente.La paciencia era una virtud que con el correr de los años y siglos escapando de sus hermanos se le había dado muy bien. Pasar desapercibida. Siempre fue lo mejor...


Durante esa tarde particularmente, la bruja alguna vez híbrida Gemini se lo pasó escondida en su bóveda en el Cementerio La Fayette, leyendo sus viejos libros en la habitación a la cual se ingresaba por la puerta izquierda a la que se encontraba aquel cuerpo protegido en el ataúd de cristal.


Estaba sentada en el suelo, velas de todos los tamaños encendidas la rodeaban. No le importaba que su pantalón de vestir negro se llenase de polvo al sentar sentada de tal forma. Entre sus manos se hallaba un viejo libro, el único libro que pudo llevarse consigo durante su escape en aquel entonces de sus hermanos.La ventaja de tener ese libro era qué, al preguntar algo éste respondía lo que fuese. Las tres últimas páginas poseían ese don. El resto de las mismas poseían conjuros, pociones y demás cosas útiles.


Ella hora sabía lo que debía hacer. Con una simple pregunta supo lo que tendría que hacer, no solo tendría que esperar a que naciese, sino que esa criatura que tanto ansiaba poseer se probase a sí misma y a quienes la rodeaban para comprobar que realmente fuese tal como se suponía que fuese: Inigualable.


La mujer volvió a dejar el libro en su estante, sacudió la tierra de sus prendas y salió de la bóveda, encaminándose por el medio del cementerio hacía la salida.Regresaba a casa, era tiempo de irse de New Orleans por un tiempo. Recorrer el Nuevo Mundo, ver como había cambiado, pero antes de hacerlo, debía dejar todas las cosas en su lugar.Antes de regresar a casa, Matthews fue directo a su tienda. Quería ordenar el inventario, dejar todo bajo control allí y de tal forma que nadie tocase nada durante su partida.; Al ingresar, miro cada sitio y fue directo al mostrador. Levantó un poco la caja registradora y sacó el cuadernillo que allí había, era el inventario propio. Tomó un bolígrafo y fue hacía la parte trasera del local a pasar lista y anotar cuanto tenía de cada cosa.


Pasaron varios minutos, si no fuesen horas incluso. La campanilla de la puerta de entrada sonó. Danae, quién estaba de rodillas en el suelo, levantó la mirada hacía la entrada rápidamente al oírle, trataba de ver a través de la cortina de tela que había para separar la parte trasera de la delantera del local. Traba de oír alguna voz o algo que le dijese de quién se trataba. No se oía nada.

⚜Rastro de Sangre y Magia⚜Where stories live. Discover now