8 - Presa de la lujuria

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—Se me había pasado deciros que mañana hay una fiesta por la tarde en casa de Estefanía. —Ana toma el control de la charla—. Claudia me avisó. —No me sorprende que sea la cabecilla de los planes que impliquen alcohol—. Vamos, ¿verdad? —Por lo visto, a Ana le fascina la idea porque se expresa con energía, casi que afirmando la respuesta en nuestro lugar.

Nunca he ido a una fiesta porque no era la pasión de Aiko y mía, nosotras nos recreábamos paseando o en casa. No me agradan los ambientes donde abundan el alcohol, el tabaco y todo tipo de sustancias que potencian el desequilibrio mental de los acosadores, que son los primeros en apuntarse a las fiestas para cazar presas fáciles. Aun así, siento curiosidad por acudir a una con Ana, que destila el perfil de toda una fiestera mundana. Puede que me decepcione o que... me cautive más.

De momento, desvío el peso de la decisión hacia Eric con la mirada.

—Estefanía... —Es curioso que mi hermano se ría al pronunciar el nombre de la anfitriona. ¿Qué historia puede girar en torno a ella?

—Ya, no es la mejor de las anfitrionas, pero sus fiestas son buenas. —Huelo rencor hacia Estefanía, pero la soportan. Esto podría hacer más interesante asistir a esa fiesta—. Creo que nos vendría bien para desconectar de tanto estudio. Así celebramos que terminaste los exámenes y Laura podrá salir un poco, que se ha pasado la semana del insti a casa y de casa al insti. —Te faltó mencionar, Ana, que te mueres por salir de fiesta como toda una toxicómana. Desilusiona mi lamentable antojo por ti antes de que me gustes más, por favor.

—Yo haré lo que queráis. —Opto por mostrarme neutral. No quiero transmitirles una falsa imagen de apática, así como tampoco lucir como una desesperada igual que Ana.

—¿Pero te apetece o no? —¿Tanto influirá en tu decisión lo que prefiera, Ana?

—Me apetece salir con vosotros, me da igual a dónde. —Esta es mi verdad, Ana.

—Es un amor. —Mi hermano me frota la cabeza con cariño. A Ana aún le cuesta aceptar que ya no es la única mujer en la vida de Eric porque observa el gesto con recelo—. Yo no podré ir. Quedé con los compañeros del trabajo mañana por la tarde. Veremos un partido de fútbol. Llevan semanas detrás de mí, así que no pude decir que no. —Mi hermano queda descartado y yo tendría la oportunidad de intimar más con mi cuñada. Bueno, eso sí Claudia no se entromete. Si hubiera alguna forma de hacer que no acudiera a la fiesta...

—Ah. No me habías dicho nada. —¡Pero qué evidente ha sonado tu disgusto, Ana! ¿Qué tan controladora eres? ¿Espías el teléfono de mi hermano?

—Ya, lo siento. Lo confirmaron ayer y ya sabes cómo tengo la cabeza con la semanita que llevo. El domingo podremos hacer algo juntos. —Este plan me gusta más que el de la fiesta—. Pero no dejéis de ir a la fiesta. Ve con ella, Laura, así vas conociendo gente nueva. Pasadla bien. Ana te cuidará. —Dudo que conozca a gente nueva por voluntad propia, pero será un reto ver a Ana en el papel de niñera porque ya ha hecho una divertida mueca de "¡Qué remedio!".

—Iré. Sé que estaré bien con Ana —afirmo mientras le sonrío a causa de mi traviesa imaginación y ella responde con la misma complicidad en sus labios. ¿Seré seducida por mi niñera particular?

—Pues nosotras iremos a divertirnos en la fiesta y tú te irás a tu aburrido partido de fútbol, bobo —dice Ana con gracia, resultándome convincente que viviré una experiencia inolvidable a su lado.

***

Tengo la tarde para mí sola con Ana. Hoy no la he notado apurada para salir ni ha mencionado que se verá con Claudia. A mí sí me apetece pasear y me encantaría recorrer las calles de mi ciudad natal en compañía de mi cuñada.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora