6 - La amistad más corta de la historia

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No mereces a mi hermano. Ya no lo atraes y por eso te ignora. Tú eres la única culpable de tu insatisfacción porque eres egoísta y una ninfómana en proceso. Lo perderás, perderás todo porque no hay quién te soporte, y serás una fracasada en la vida por tu déficit de intelecto. Cuando mires atrás, te darás cuenta de que estarás llorando por una mujer, y esa mujer seré yo.

***

—¡Hola! ¡Ya estoy aquí! ¿Estáis en casa?

El eco de la voz de mi hermano resuena en mi cabeza como un despertador. En algún punto de mi desahogo, el rencor me había chupado hasta la última gota de energía como un vampiro sediento de sangre y me dormí.

Aunque me siento un poco mejor, los ánimos me flaquean y debo guardar las apariencias con Eric. Quisiera contarle todo del tirón para deshacerme de Ana con un solo cartucho, pero esa bruja tiene la ventaja de que lleva dos años con mi hermano y duerme en su cama. Necesito reunir pruebas contundentes y estar en mi mejor condición emocionalmente para tumbarla del pedestal. Disfrutaré cuando se estampe en el suelo y se quiebre en mil pedazos.

Oigo que Eric entra en su habitación y charla con miss Embustera profesional. Me pregunto qué historia inventará para endulzar los oídos de mi hermano, pero no me apetece pegar la oreja en la pared y espiar su tono chillón. Ya de por sí se me revuelve el estómago con su risita y sus exclamaciones en voz alta: «¡Eric, para! ¡Eric!». Veo lo mucho que te afectó que abriera tu paquete, hipócrita descarada.

Mientras, me ocupo de las evidencias en mi contra. Tras guardar mi Death Note, troceo el envoltorio del paquete de Ana. Lanzo los restos a la cesta de basura con desdén, como si me deshiciera de mi cuñada por partes.

Poco después llaman a mi puerta. Espero que ella no se atreva a molestarme.

—¿Sí?

—¿Se puede? —Bien, es mi hermano.

—Sí, pasa. —Acciono el interruptor para que haya más luz en el dormitorio aparte de la de la lamparita de noche y me esfuerzo para lucir radiante.

Eric entra en mi cuarto y enseguida me apretuja.

—Aquí está mi hermanita bella. —Aprende, Ana. Este es el abrazo de alguien que te ama y que no te clavará un puñal unas horas más tarde—. ¿Qué hacías? ¿Estás bien? No tienes buena cara. —Disimulé lo mejor que pude.

—Me había quedado dormida. Tuve una tarde muy larga. —Y no es mentira.

—Te pasó igual que a Ana, sois unas marmotas —bromea, aunque no me causa gracia por involucrarla—. Me dijo que llegaron tus maletas.

—Sí, mira. —Le muestro mi renovado cuarto con agrado—. Estuve horas colocando todo. ¿Qué te parece?

—¡Vaya! ¿Que qué me parece? Que estoy feliz de tenerte en casa. Ahora siento que vuelves a estar aquí por completo, como si nuestros padres nunca nos hubieran separado. —Mi hermano me conmueve, más cuando vuelve a arroparme entre sus brazos.

—Me harás llorar, tonto. No te pongas tan ñoño. —Ana ya me ha hecho llorar lo suficiente por hoy—. ¿Y a ti cómo te ha ido?

—En resumen, un día más en la tienda. Estoy deseando que se acaben los exámenes, son los que me tienen muerto en vida.

—Sí, te noto exhausto, pero estoy orgullosa de ti. Admiro tu voluntad y lo responsable que te has vuelto. Eres el mejor, hermanito. —Siempre tendrás mi cariño, Eric.

—Mira quién se ha puesto ñoña ahora —se burla mi hermano con amor y pellizco su abdomen—. ¡Ay! ¡Ja, ja! Oye, ¿puedes echarle una mano a Ana en la cocina mientras me ducho? Por favor...

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Where stories live. Discover now