Capítulo 1

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Selim

- Su majestad - Dilsha entro a mis apocentos.

- ¿Por qué estás aquí? - le pregunté serio.

- Hace unos días que no lo veo así que pensé en que podría venir hoy para pasar un tiempo juntos, seguro que usted también me extrañó - sonrió coquetamente según ella, por qué a mí me parecía una sonrisa completamente ridícula.

- Estoy ocupado por eso no te he llamado - dije serio - así que regresa a tus apocentos y quédate ahí hasta que yo te llame.

- Pero su majest...

- Estoy ocupados - advertí, ella conocía muy bien cuáles eran mis límites, una vez había insistido tanto que acabo con mi paciencia y termino en el calabozo durante dos días.

- Entiendo, lo veré luego entonces por favor busqueme pronto, lo estaré esperando y no olvide que lo quiero - hizo una reverencia y se fue.

¿Quererme? Ella solo quiero el poder que puede obtener de mi, eso lo sabía, pero en realidad no quería nada sentimental con Dilsha, así que eso no me importaba, ella era solo una mujer más del harem, es cierto que ella es a la única que he vuelto a llamar a mis apocentos, pero no es por lo que todos creen, alejé esos pensamientos de mi mente y salí de mis apocentos para hacer lo que estuve haciendo hace una semana.

- ¿La ira a ver de nuevo? - preguntó sumbul

- ¿Que haces aquí? - pregunté confundido.

- Ya sabe que la sultana Mihrimah está interesada en saber quién es aquella mujer - dijo de forma simple, él era sincero por qué Mihrimah nunca se molesta en ocultarme las cosas.

- Siempre tiene que estar pendiente de lo que hago - dije tranquilamente.

- Sabe que usted es demasiado preciado para la sultana, es su único hermano - sonrió con tristeza mientras caminábamos.

- Lo sé por eso es que no digo nada  y la dejo hacer lo que quiera - dije sinceramente.

- ¿Quien es ella? - preguntó curioso.

- Lo sabrás cuando lleguemos - sin querer una pequeña sonrisa se me formó en los labios.

- Parece que de verdad le gusta mucho - sonrió.

- Solo me parece interesante - dije serio.

- Como usted diga su majestad - dijo burlonamente, aveces abusaba de la confianza que le di.

(...)

- ¿Es ella? - preguntó y yo asenti.

- Es muy bonita ciertamente, pero da muchos problemas, se llama Cecilia - me informó y esa información era muy útil para mí, no había averiguado su nombre por qué todas en el harem se enterarían de mis interes por ella.

- Los escuché, pelea constantemente con las que le dan órdenes.

- Así es, no le gusta que le ordenen cosas - dijo simplemente - pero ella es una criada después de todo, así que todos le dan órdenes - se encogió de hombros - ¿Por qué no la ha llamado a sus apocentos? - preguntó interesado.

- Por qué ella no parece querer entrar a mis apocentos, ella queire salir de aqui - dije seguro.

- Aveces las personas no son lo que aparentan su majestad - le contó serio.

- Mírala - le pedí - ahora mismo está peleando con canfeda por qué le ha ordena algo y le está gritando que apenas pueda, escapara de aqui - le dije mientras miraba la escena que me brindaba Cecilia, era muy entretenido verla, quizás por eso es que hacía esto de verla sin que nadie lo sepa.

- Lo sé mi sultán, pero seguro que ella no sabe ni donde está parada y por eso aún no muestra interés por conocerlo - trato de convencerme.

- Llevo viéndola una semana, pero ella ha llegado hace 2 semanas así que no creo que ella no sepa en dónde está - le expliqué.

- Entiendo ¿Ella le gusta su majestad? - preguntó

- Me parece interesante eso es todo ya te lo había dicho- dije sencillamente.

- La Sultana Mihrimah quiere una cuñada, pero también queire que esa mujer lo ame - sonrió.

- ¿Amarme? Ellas solo vienen a mi por el dinero, así que no tendrá una nunca, no me enamorare sumbul, eso te lo aseguro,  - dije serio.

- No aseguré cosas de las cuales no está seguro su majestad, recuerde que todo en la vida es inesperado - dió una reverencia y se fue.

Yo regrese a mi actividad que es ver a esa mujer de cabellos negros, cecilia, ahora sabía su nombre aunque no se por que no lo averigue antes de hecho si lo se, pero no entiendo por qué no pensé en preguntárselo a sumbul o a mi hermana por ella.

- Juro que quemaré este palacio - gritó molesta Cecilia.

- Cecilia guarda silencio y muevete ¿Quieres ir al calabozo? - le respondió molesta canfeda.

- Odio que me órdenen cosas y lo sabes - le dijo molesta.

- Estás en el palacio más grande de todos y tú eres una criada, este es tu trabajo, si quieres dejar de recibir órdenes tienes que estar con el sultán, cosa que es imposible así que empieza a moverte- dijo de forma seria.

- Antes muerta, no quiero tener nada que ver con él, no me importa lo que dicen las personas de él, pero estoy segura de que él está acostumbrado a dar órdenes y a mí no me gustan las órdenes, por lo tanto él y yo jamás podríamos tener algo - dijo completamente sería.

- Estoy segura de el sultán Selim tampoco queire nada contigo así que déjate de ilusiones - le respondió sería.

- Si el sultán me viera quisiera estar conmigo, pero yo no le dejaré tocarme un solo cabello - aseguró cruzándose de brazos.

- Allah dame paciencia - pidió al cielo canfeda y se dió la vuelta para irse.

- Oye espera, aún no puedo recordar bien el camino, no me dejes aquí - le gritó Cecilia y comenzó a seguirla

Yo solamente podía pensar en una sola cosa, me había rechazado, ni si quiera había intentado algo con ella, pero ya me había rechazado como si yo fuera una molestia para ella.

"Esa mujer es realmente interesante" me dije a mi mismo con una sonrisa en los labios.

Lo que lograste cambiarWhere stories live. Discover now