➻ ❝ Cᴏᴍᴘᴀɴʏ Kɴɪɢʜᴛ.. ❞ | ѕσυуα кαωαтα/αηgяу χ ℓє¢тσяα.

❑˚ ིྀ Chapter Thirteen.

Sus miradas se mantenían fija, sin apartar la mirada de los iris de la otra. Tensión. Eso era lo único que se sentía en el lugar.

Tu madre se cruza de brazos y sube una de sus piernas a la otra, sin apartar ni un solo segundo la mirada de tus ojos.

—______-...

—No hagamos esto mamá. —la interrumpes, cerrando brevemente los ojos antes de volver a abrirlos para mirarla— Ya te lo dije, no quiero.

Sus ojos se entrecierran y la mirada de tu madre se vuelve más intensa, pero te mantienes serena, como si aquello realmente no te afectara.

—No se trata de que quieras o no y ya lo hablamos. —destaca tu madre con enojo— Lo harás _______. Vendrá mañana así que quiero que estés lista, ¿Escuchaste?

Te quedas en silencio, apretando tus labios, no queriendo responderle. Inconscientemente muerdes tu lengua con fuerza, sintiendo el sabor metálico de la sangre colarse en tu boca. Lames tu labio inferior y suspiras antes de soltar aquellas palabras: 

—Sí, madre.

Le das una última mirada a tu padre, y él te mira con lastima, arrepentido. Y es entonces cuando entiendes que, quizá, ya no hay algo que puedas hacer para evitar lo que sucedería en un par de días...

|☘︎|

—¿Qué estás haciendo? —te pregunta Souya viendo como haces líneas, circulos y figuras al azar en el lienzo frente a ti.

Casi le parece que lo haces con furia.

Dejas de pintar y sueltas un extenso suspiro, respirando agitadamente, bajas tus manos, las cuales sostienen la paleta de pintura y el pincel. Observas la pintura frente a ti y giras la cabeza a un costado para verlo, sonriendo ligeramente.

—No lo sé. —respondes y él solo atina a ladear un poco la cabeza— Tan sólo quiero evitar que mis pensamientos y emociones me controlen.

—¿Que te controlen?

—Bueno, ¿Alguna vez has sentido mucho enojo, hasta el punto de explotar con una persona que no te ha hecho nada? —cuestionas, buscando dejar tu punto en claro. Souya piensa un poco antes de finalmente asentir— Eso es lo que quiero evitar. No quiero... Explotar con alguien que no ha hecho nada, son problemas míos así no tengo ni debo gritarle a alguien más. —vuelves a alzar la mano que sostiene la paleta de pintura y untas un poco de pintura negra al pincel— La pintura me ha ayudado mucho, ¿Sabes? Este pequeño e insignificante pasatiempo realmente me ha ayudado a contener mis emociones en los momentos mas tristes o frustrantes, porque algo que una "señorita [T/A]" nunca debe mostrarle a las personas son sus emociones negativas.

Souya guarda silencio, porque realmente no sabe que decir ante tus palabras. ¿Así es la vida de la hija de los [T/A]? ¿Realmente siempre carga con sus sentimientos, reprimiéndolos hasta finalmente "explotar" en Daydream?

Mira alrededor, observando la cantidad de cuadros que hay en el lugar. Sus ojos se posan en una manta que hay en una esquina de la habitación y no puede evitar dejar la bolsa de bombones que tiene en manos a un lado para levantarse y caminar hacia aquella manta, siendo consciente de que no lo observas en ese momento.

Procede a retirar la manta de aquel rincón y observa una gran cantidad de lienzos y pinturas en el suelo, muchos trazos, líneas y figuras inentendibles están plasmados en aquellos lienzos. Como si hubieran sido trazos llenos de rabia y frustración, igual que los trazos que estás haciendo en ese mismo momento. Sus manos agarran con mayor fuerza la manta, haciendo que esta se arrugue un poco.

¿Qué tan seguido sucede esto...? ¿Cada cuanto debías refugiar tus emociones en esa habitación, entre papeles, lienzos y pintura?

Su cabeza se gira en tu dirección, observando como haces otro trazo al azar en el lienzo de colores mezclados. Tu respiración es agitada y descoordinada, muy diferente a la tranquila respiración que sueles tener habitualmente. Tus movimientos y trazos no cesan, siguiendo siempre la misma rutina; cada vez que el pincel dejara de pintar debido a la falta de pintura, le untas un color al azar y vuelves a hacer figuras sin sentido.

Souya deja la manta en su lugar, asegurándose de que se vea igual que anteriormente, vuelve a caminar hacia la silla que se encuentra a tu costado y toma la bolsa de bombones para sacar uno de ellos y llevarlo hasta tus labios. Detienes tus acciones y giras a verlo confusa, aunque por supuesto, le aceptas el bombón de chocolate.

—Mhm... Quizá no pueda hacer mucho, pero... —comienza a decir, llevando otro bombón a tus labios. Lo aceptas nuevamente, gustosa— Déjame ayudarte con esas emociones.

Le sonríes amablemente cuando pasas el dulce en tu boca

—Ya haces y has hecho suficiente, y te lo agradezco. —aseguras, dejando las cosas en tus manos a un lado para acercarte a él. Enrollas tus brazos en su cuello y acercas tu rostro al suyo— Hey Souya, ¿Puedo pedirte un favor?

—Sí... —responde, intentando que su voz no se corte a mitad debido a los nervios de tu cercanía.

—No vengas mañana. —pides, cerrando los ojos y manteniendo tu sonrisa.

Y esas palabras, son algo que Souya no esperaba escuchar, no viniendo de ti...