❑˚ ིྀ Chapter Eight.

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—¡Souya, vamos! —exclamas, jalando de su mano para impulsarlo contigo

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—¡Souya, vamos! —exclamas, jalando de su mano para impulsarlo contigo. Y a Souya realmente le sorprende la fuerza de tus brazos para poder arrastrarlo por el lugar con total facilidad.

—¿Por qué estás tan emocionada? —te pregunta, apurando el paso para llegar a tu costado y evitar ser jalado por ti.

—Bueno, es la primera vez que vengo al centro sin guardaespaldas detrás mío. —comentas, ampliando un poco más tu sonrisa— Y es, de cierta forma, emocionante.

—¿Eh? —Souya se confunde por tus palabras— Pero la vez que nos vimos estabas sola.

—No, no era así. —meneas suavemente la cabeza, de un lado a otro— Sí había un guardaespaldas conmigo, pero como me incomoda la presencia de ellos, mamá y papá les ponen la condición de que se mantengan de cinco a diez metros de mí, que intenten pasar desapercibido y que no se metan en mis conversaciones a menos que vean que mi integridad personal pueda estar en peligro.

—Oh, ya veo... ¿Así que es la primer vez que sales sola?

—Sip. —asientes con la cabeza, sonriente— ¿Y sabes qué es lo mejor? —lo miras de soslayo y Souya tan sólo puede negar con la cabeza a tu pregunta— ¡Que es contigo con quien estoy saliendo!

El calor sube a las mejillas de Souya cuando esas palabras dejan tu boca sin una pizca de pudor en tu voz o expresión, tan sólo una amplia y brillante sonrisa.

Ya habían pasado un par de días desde que su hermano y tú se conocieron, Souya y tú habían entablado una relación con más confianza y comodidad entre ambos. Ya no eran prologados silencios o que solo tú hablaras, ahora, incluso él intentaba sacar temas de conversación.

Te habías vuelto muy apegada a él, quizá demasiado, aunque Souya era lo suficientemente despistado como para no notar eso y lo agradecías. Las llamadas nocturnas y los mensajes a cualquier hora del día, cuando no estaban juntos, se habían vuelto una tierna costumbre entre ambos. Una costumbre a la que se adaptaron muy rápidamente.

Souya guarda silencio, porque realmente no sabe que decir ante tus palabras. Siempre hacías eso, decías comentarios vergonzosos en los momentos menos esperados y aunque Souya lo intentara, le era imposible predecir cuando dirías algo así.

Mientras vas mirando a tu alrededor con entusiasmo, una de las tiendas logra llamar tu atención. Aún tomada de la mano de Souya jalas de él, arrastrándolo hacia la vitrina del establecimiento.

—Mira eso, se ve delicioso. —le dices, señalando con tu índice uno de los pastelillos que estaban a la vista del publico— ¡Comamos algo aquí! ¡Yo invito!

Y no dejas que Souya pueda siquiera pronunciar una sílaba cuando nuevamente lo estás arrastrando, esta vez adentrándote en aquel establecimiento junto a él. Caminas hacia la recepción en donde se encuentra un chico y cuando quedas cerca de este finalmente dejas de jalar de tu acompañante.

➻ ❝ Cᴏᴍᴘᴀɴʏ Kɴɪɢʜᴛ.. ❞ | ѕσυуα кαωαтα/αηgяу χ ℓє¢тσяα.Where stories live. Discover now