Capítulo 25

2.7K 564 58
                                    

Un año más tarde

Los invitados comienzan a llegar y, como siempre desde que mi padre organiza barbacoas en casa, estoy en la puerta para darles la bienvenida. Creo que, después de tantos años, ya tenemos cada uno su papel asignado y no nos salimos de él. Es como una tradición. Aunque ahora tengo a una personita a mi lado que tomará el relevo cuando finalmente me vaya de casa de mis padres y venga a comer solo de invitada. Quería que Hope fuese una miniyo en todos los aspectos, pero creo que no le he enseñado suficientemente bien eso de poner de los nervios a sus padres porque, ahora que ha crecido y ha forjado su propio carácter, es mucho más tranquila de lo que me gustaría. Supongo que se merecen un descanso después de todo lo que les he hecho sufrir yo. Eso sí, tiene tanta fuerza de voluntad como yo, porque aunque los demás niños de la familia llegan antes de que aparezca el último invitado, Hope permanece a mi lado para dar la bienvenida a todos, incluso si los ojos se le van de vez en cuando hacia el jardín.

-Puedes ir con ellos si quieres -me da pena que se esté perdiendo los primeros minutos de juegos. En mi caso era más fácil estar aquí porque no había otros niños con los que jugar, así que ser la que saludaba a todos en primer lugar era lo más emocionante que podía hacer.

-Tengo que esperar a que lleguen DK y Sam -responde, decidida. Si es que no puedo estar más orgullosa de ella y, por eso, me agacho y la abrazo-. Y también falta Biff.

La verdad es que Fisher está tardando bastante hoy, algo poco habitual en él porque suele ser uno de los primeros en llegar para molestar a mi padre desde el principio. Miro el reloj, como si así pudiese hacerle saber que se está retrasando, pero cuando alguien llama a la puerta, son DK y Sam los que están al otro lado. 

-¡Oh, Dios! -mis manos van directamente al vientre de Sam después de que me dé permiso con la cabeza, porque no quiero que se sienta incómoda. Sé que hay muchas embarazadas que no soportan que les toquen la panza, así que prefiero asegurarme de que no le importa-. Esto ya está enorme. Pero si te vi hace unas semanas y el bebé ocupaba menos espacio. ¿Qué ha pasado?

-Ha decidido crecer mucho esta última semana -sonríe, feliz-. La matrona me ha dicho que casi ha doblado su tamaño, así que imagina.

-¿Y cuándo decías que nacía? Porque si sigue así, no podrás sacar fuera a este pequeñín, no tan pequeño ahora -aunque pidieron no saber el sexo del bebé, un despiste de la matrona les hizo enterarse de que será niño. No se enfadaron con ella porque, en el fondo, los dos querían saberlo, pero creían que el otro no. Lo que se burló Fawn de ellos cuando lo supimos. 

La verdad es que la pareja que hacen ella y Doc es digna de admiración, porque hablan de todo sin tapujos y, si algo ofende al otro, lo solucionan, justamente, hablándolo. La comunicación es importante en todas las relaciones, ya sean de amistad, amor, familiares... Sin comunicación y sin sinceridad, todo se iría al traste. Creo que Harper y Cornell tienen una relación igual a la de Fawn y Doc, solo que ellos se guardan las conversaciones para ellos solos.

-Ya quedan tres semanas -sus palabras me regresan al presente y no me pasa desapercibido que está algo nerviosa. No es para menos porque pronto tendrá que sacar al bebé fuera y eso se ve tan doloroso. Yo no sé si estaré preparada para hacerlo algún día. Cierto que quiero tener hijos, pero me asusta tener que parirlos.

-Podremos con ello -dice DK, que ya ha dicho en más de una ocasión que no se quiere perder el nacimiento de su hijo. Por suerte, han conseguido un permiso bastante largo esta vez, así que tendrá suerte y podrá asistir al parto.

-Claro -bufo-, como no eres tú el que tiene que sacárselo de dentro.

-Tranquila -ríe Sam-, me encargaré de que sufra tanto como yo. Si quiere estar conmigo, será con todas las consecuencias. 

Joy (Saga SEAL 8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora