Volvimos luego sobre nuestros pasos, y llegamos ante la
fachada de la casa. Llamamos a la puerta, y después de mostrar
nuestro permiso, los agentes de guardia nos permitieron la
entrada. Subimos las escaleras, hasta llegar a la habitación
donde había sido encontrado el cuerpo de Mademoiselle
L'Espanaye y donde se hallaban aún los dos cadáveres. Como
de costumbre, había sido respetado el desorden de la
habitación. Nada vi de lo que se había publicado en la Gazette
des Tribunaux. Dupin lo analizaba todo minuciosamente, sin
exceptuar los cuerpos de las víctimas. Pasamos inmediatamente
a otras habitaciones, y bajamos luego al patio. Un gendarme nos
acompañó a todas partes, y la investigación nos ocupó hasta el
anochecer, marchándonos entonces. De regreso a nuestra casa,
mi compañero se detuvo unos minutos en las oficinas de un
periódico.
He dicho ya que las rarezas de mi amigo eran muy diversas
y que je les ménageais (pues no hay traducción posible de la
frase). Hasta el día siguiente, a mediodía, rehusó toda
conversación sobre los asesinatos. Entonces me preguntó de
pronto si yo había observado algo particular en el lugar del
hecho.
En su manera de pronunciar la palabra «particular» había
algo que me produjo un estremecimiento sin saber por qué.
-No, nada de particular -le dije-; por lo menos, nada
más de lo que ya sabemos por el periódico.
-Mucho me temo -me replicó- que la Gazette no haya
logrado penetrar en el insólito horror del asunto. Pero dejemos
las necias opiniones de este papelucho. Yo creo que si este
misterio se ha considerado como insoluble, por la misma razón
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Los Crímenes de la calle morgue (COMPLETA)- Edgar Allan Poe
Mystery / ThrillerSiglo XIX. Se produce el bárbaro asesinato de dos mujeres, madre e hija, en un apartamento de una populosa calle de París. Las primeras investigaciones no dan resultado alguno, evidenciándose la impotencia de la policía para esclarecer los hechos. F...