final

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—N-No quiero estar... -Lagrimosos ojuelos avellanos le suplicaban desde la camilla, sus manitas cubiertas por las vendas le impedían tomar con firmeza la blanca sábana que le tapaba del frío.

Aún tenía ese temblor interno jugando con su tranquilidad, lejos de tener miedo por un suceso semejante al de la noche pasada, son cortos lapsos de tiempo que se fijan para hacerle sentir mal, como en aquel momento.

Estaba con JiMin y YoonGi, una conversación medianamente normal entre ellos al tener una relación estrecha y con una flexibilidad admirable, pero el ambiente cambiaba cuando el plano donde sus dos amigos desparecían y en su remplazo se mostraba NamJoon.

Éste retrataba la viva imagen de preocupación, atendiendo sus pedidos y necesidades sin pero alguno en sus palabras, acontecía sus relatos para pasar el rato y compartía emociones y anécdotas para entretenerle allí.

Es verdad que les dijeron que podía volver a casa, que todo estaba bien y minimizaron el problema de su Omega a lo inexistente, pero él no lo veía así. NamJoon tenía esa espinita de la posibilidad de una secuela en el castañito, ya sean por los nuevos tics involuntarios como intentar retirar las vendas, acomodarse la gafas más de cinco veces en un intervalo corto.

Además, sus ojos viajaban de un lado a otro de la habitación, con la intención de asesorarse del lugar en el que se encontraba, que cerca de él no había alguien que pudiera hacerle daño. NamJoon le conocía, esos detalles no los tenía antes y el miedo a que desarrolle nuevos ataques de pánico crece en él a pasos agigantados.

—Aún no te puedo llevar a casa, Jinnie... -Le dijo crispando sus labios, dejando la silla tras de sí y tomando un pequeño hueco en el colchón del Omega, éste buscó el contacto con agilidad, alzando sus brazos como un pequeño cachorro- ¿Quieres un abrazo? -Le vio con duda, el castañito asintió con su ceño fruncido, pero el azabache no quería invadir su espacio, no era consciente hasta dónde tenía miedo o inseguridad, por lo que debía ir con cuidado.

Y haciéndole caso acortó la distancia hasta extinguirla, estrechándole suavemente, una de sus manos enredándose en sus sedosos cabellos de manera cuidadosa para no tirar de ellos. Sentía que estaba mimando una piedra demasiado frágil y valiosa, que debía tratarlo con sumo cuidado.

Suspirando le escuchó imitarle, acomodándose en su pecho lo suficiente como para levantar un poco su rostro y encontrarse con el suyo a una distancia considerable, donde aquella morenita y suave piel era fácilmente apreciable junto a los lunares que por su rostro se retratan.

Le sonrió leve, casi incitándole a hacer lo mismo, más sin embargo el castaño bajó la mirada cohibido y temeroso, haciéndose pequeño en brazos del Alfa.

—¿Por qué... -Dejando al aire aquello, suspiró un par de veces, alargando el tiempo. No era capaz aún de arreglar aquel problema en su habla y empezaba a fastidiarle el no poder comunicarse a su gusto con el azabache.

—¿Mh? -SeokJin sintió el ronroneo, sintiendo próximas sus lágrimas.

—¿Me quieres? ¿P-por qué? -Avergonzado como un tomatito acertó a no alzar la mirada, sus mejillas ardían en calor y sentía como el nerviosismo se acumulaba en túmulos grandes en su pechito.

NamJoon meditó la pregunta breves segundos antes de dejar libre el aire de sus pulmones, intentando en aquella acción aligerar la tensión en sus músculos.

—No lo sé...

—¿N-No me quieres?

—Te quiero mucho, muchísimo, SeokJin -Apresuró a decir, brindando más caricias al rostro y parte del cuello del Omega, de aquella forma relajando sus emociones.

delulu vibes | namjin Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum