delulu vibes | namjin

cinco

—De un  historial repleto de calificaciones dignas e insuperables, de una educación inmejorable... -Nombró con sus dedos entrelazados, sus codos apoyados en la superficie del escritorio, diciendo todo aquello con notable orgullo pero apaciguándolo poco a poco- ¿Qué te pasa últimamente?

Pese a muchas cosas, los más listos no siempre son así de aplicados por gusto o superación propia, normalmente hay algo que les impulsa a llegar tan alto en las más complicadas materias, frente a los peores problemas, no es por gusto propio que NamJoon era clasificado como el cerebro de oro, el come libros, la rata de biblioteca, el empollón, etc, las primeras veces llegó a llorar por tales pronombres, al paso de los años solo hizo de aquellos apodos una identidad propia.

Era gracioso ver cómo sus compañeros dejaron de verle como alguien tonto por estudiar tanto, lamentablemente aquello fue por su raza, por ser un Alfa ya tenía a todos ganados, todos iban detrás del listo, del que de un momento a otro pasó de lo más bajo a lo más alto por el cambio de roles, porque ya no era un niño flacucho y torpe, ahora era un Alfa inteligente y atractivo para la mayoría de Omegas.

—¿Me estás escuchando?

Para NamJoon el estudio era importante porque de esa forma destacaba en su familia llena de prejuicios, era diferente y eso enorgullecía enormemente a sus padres y por ende, él era feliz.

—Lo siento -Masculló con su rostro sereno con palpable arrepentimiento, pasando sus orbes por los papeles dispersos en aquel escritorio- Con la muerte de mis padres me he distanciado de los estudios... -Mordió el interior de su mejilla interna buscando no ser muy obvio, estaba mal pero no tanto, había superado muchas cosas antes.

—Me he enterado por otras fuentes... eso fue hace nueve meses, NamJoon -El menor atinó a verle con recelo por su insinuación- Es mejor que te centres en ti y en tu futuro...

Ahora los directores sentenciaban cuánto tiempo debía estar triste y cargado de melancolía, y parecía fácil decir "deja eso de lado" pero era más complejo de lo que parecía, sí, nueve meses atrás estaba destrozado y a día de hoy seguía igual, ¿debía cambiar con el paso de los meses?

—¿Qué es lo que me propone para recuperar las materias? -Inquirió tosco y cambiando de un momento a otro su semblante, la molestia fue captada por su mayor que nervioso sonrió.

—Me he centrado en tu clase por mucho tiempo, he estudiado bien a tus compañeros y te tengo una grata propuesta -Las comisuras de sus labios se estiraron más de lo normal, NamJoon bufó- Tienes un compañero muy especial desde hace años, es algo lento para seguir las materias y sus notas no siempre son las exigidas -El azabache de oscuros ojos ya había puesto cara a aquel compañero- Si logras que pase de curso, te aprobaré todas las materias con las mismas notas que él...

—¿El huérfano ciego? -Escupió con rabia, indignado por su maravillosa propuesta para el resto del curso. El director tragó duro crispando sus inexistentes labios con parsimonia.

—No está ciego, tuvo un accidente en química y usa un parche-

—Un parche que cubre la mitad de su cara y encima utiliza gafas, está ciego -Recalcó aún más molesto- No aceptaré ser el profesor particular de una bestia como SeokJin -Declaró en un tono más grotesco al referirse al Omega.

—NamJoon, es un buen chico y no da problemas, agradecería que no te refirieras a él de esa forma... -Bajo capas de sutileza, el mayor quería quitarse de encima la carga que le suponía SeokJin en el ámbito estudiantil ya que era un chico mantenido por el propio gobierno- Ten en cuenta que depende tu aprobado, no seas tan arrogante e intenta conocerlo...

—Es una bestia -Repitió- Eso no puede ser un humano, es horrible y no hay nadie que pueda hablar con eso...

—Entonces doy por hecho que repetirás el curso y serás trasladado a una clase inferior, ¿sí? -Dejando atrás su faceta de director convincente y simpático, endureció su mirada sobre su alumno- Solo te estaba otorgando un comodín para no perder un año entero de estudio pero veo que lo prefieres... -Viendo al contrario llevar su mano derecha a la altura de su mentón, mordiendo la uña de su dedo pulgar con pesadez y pensativo, se atrevió a seguir manipulándole- Te doy hasta el viernes para que te decidas...