47🌙

1.1K 126 11
                                    

La gélida temperatura se colaba por cada poro de su piel, piel que permanecía hirviendo cual carbón en llamas. Las fuertes punzadas que atacaban como lanzas a sus sienes se habían detenido paulatinamente, aun así; como recuerdo había dejado los infernales mareos que le hacían sentir como si se encontrase sobre un barco en marea alta sin rumbo fijo y atravesando la tempestad.

Así le sentía, su cuerpo parecía tambalearse al compás de aquellas olas despiadadas en las que había dado lugar en su cabeza.

Sus sentidos descontrolados, la boca seca y labios partidos adornaban su delicado rostro. No parecía ni tener control sobre sí mismo, ni entendimiento alguno del entorno que le rodeaba.

Cansado ya estaba de todo aquello, no podía tener si quiera una idea de día era, ni siquiera de cuantos habrían pasado desde la última vez que vislumbró la luz del sol.

Trillado y alterado a la realidad quizá, pero así parecía ser para él.

De la nada un fuerte sonido azotó a sus oídos con rapidez, casi sintiéndole sangrar por estos, por inercia llevó sus manos a la cabeza, palpando con fuerza en un intento por apaciguar el efecto que dichoso ruido había causado en él.

¿Podría algo ser peor?

Esperaba que no fuese así, de lo contrario lo único que le quedaba sería desfallecer postrado sobre esa cama, solo, con ningún otro acompañante que los tormentos de su cabeza.

-Ya basta, por favor, ya basta. Si me voy a morir que sea de una buena vez. Pero ya no quiero seguir sintiéndome así.- susurró a la nada, sintiendo sus ojos humedecerse.

-por favor...










🌙












WooYoung daba vueltas de aquí para allá con histeria, causando aún más estrés en los presentes en aquella sala de estar.

Rebuscaba entre los cajones y movía los cojines, mandándoles a volar a cualquier otro lugar de la habitación. Hacía oídos sordos a cada llamado que le hacían y tan solo se concentraba en lo que sea que estuviese buscando.

-WooYoung... Woo ya basta... - decía San persiguiendo al pelinegro desaliñado.

Estaba siendo consumido por su descontrol, y su cabello lo hacía notar.

Aquéllas apenas visibles mechitas rosas en su nuca fueron lo que hizo a Choi San intervenir debidamente de una vez por todas.

-Woo... ¡Jung WooYoung!- exclamó tomando del brazo a su esposo.

Se veía preocupado, y si bien no era para menos, tenía que entender que no hacía mucho tomando aquélla actitud.

-Lo siento.- dijo bajito, sus facciones relajando un poco, y sus azules ojos volviendo a su característico negro.

San suspiro y con su mano tomó la contraria.

-Respira, tranquilízate, porque solo estas logrando que los demás también se alteren. Y dime, ¿qué rayos estás buscando?-

WooYoung asintió y cerró sus ojos contando cinco respiraciones pausadas.

-Mi teléfono.- fue lo que respondió.

El mayor de ambos se ahorró el reclamo, sonriendo y sacando de su bolsillo un dispositivo móvil.

-el tuyo lo dejaste en el baño, usa el mío.- dijo Choi entregándole el celular en su mano derecha.

"𝙇𝙞𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙋𝙞𝙚𝙧𝙣𝙖𝙨 𝙢𝙞𝙣𝙞𝙚"  ˢᵉᵘⁿᵍᴮⁱⁿWhere stories live. Discover now