PRÓLOGO

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Wokanderp, 20 de septiembre de 1991

Querida Ros.

Empecé estas letras con destino hacia a tus manos; con un dolor muy grande en mi corazón, esperando que la abras al ver mi nombre e ignorando el lugar de donde las envío. Cuando me di cuenta que dos almas pueden haberse amado tan profundamente, por un lapso de tiempo que parecía infinito, pero que no lo era, me di cuenta de cuán fugaz era esta situación. Sé que la equivocación fue disfrutar lo que no duraría, aceptando la felicidad que hubo en el principio, recordando lo malo que con el tiempo surgió. Mi blanca bruja, si tan solo lo hubieses enterrado, todo te sería más fácil. En su lugar arrinconaste aquel amor, decidiendo mejor buscar aquello que más te apasionó. Y creo que pensaste que perderías la pasión que quedó oculta en un recóndito, lúgubre y oscuro rincón, pero te seguirá hasta llegar a su destino, hasta llegar a su final, hasta que la muerte se robe su alma. Sé que siempre mostraste independencia, y sé que aprendiste que la vida tiene mucho más por ofrecer: que lo que pudiese ofrecer un viejo amor. ¡Oh mi blanca bruja! Olvidaste también que el corazón es muy sencillo de entender, pero difícil de aceptar y manipular, va por la vida como un alma en pena que busca cariño, que busca la luz. Un cariño que tienes en los que fulguran en tu esencia admiración y amor, pero una luz que decidiste apagar.

Las memorias te perturban por haber dejado una parte del corazón enterrado en los recuerdos de quienes alguna vez te amaron, aquellos a los que abandonaste y aquellos que creíste que te abandonaron, por eso te pido que vengas a mí. Y aunque al final todos los sueños se hubiesen cumplido gracias a ti, y aunque llenaste cada vacío de mi interior, duele que tu infelicidad sea prueba de que voy por el camino correcto, no importa cuánto tiempo me lleve, no importa si nunca me arrepiento: te amo como a una madre, a la que siempre voy a regresar, rogando por un fuerte abrazo.

He amado, amado como nunca antes a gente que me traicionó, y gente a la que traicioné, y sé que a ti también te han traicionado y has traicionado, así como has amado y te han amado, porque está en nuestra naturaleza dañar, pero también está en nuestra naturaleza amar y arrepentirse, somos un montón de seres bondadosos, y hay demasiados seres que no lo son. Por eso sé que alejarse del pasado solo hará que te persiga, aceptarlo como un hecho y experiencia, aunque no la merecieras, te ayudará a continuar. Tía, por eso te pido, que busques llenar tu vacío, ese que se ha mantenido fiel a buscar la materia que lo llena (Nathan Verdier, es el nombre de dicha materia).

Luchar por la felicidad es una muestra de que el tiempo y espacio jamás fue desperdiciado, a pesar de que así parezca, querida Ros, aun estás a tiempo. No te pido dejar en el olvido aquello que más te rompió el corazón y los corazones que rompiste. Te digo que una real despedida, no es el inicio de penurias, es el inicio de un maravilloso momento que valdrá la pena, amarse a uno mismo y reconocer la belleza propia del ser y estar, para poder admirar lo más bello de este mundo y poder amar de verdad, no importa el tiempo que te llevó, vuelve después de todo, vuelve a tus olvidados recuerdos. Y entierra por fin el perpetuo sufrimiento que te persigue bajo los techos de pasados abrumadores, de recuerdos que nos hicieron ser lo que somos, incluso si de no haberlos tenido, tal vez pudiéramos haber sido mejores personas.

Con amor, Ezequiel. 

 Notas:

Todos los nombres de lugares y personas o situaciones que se presenten a lo largo de esta historia son ficticios, algunos tal vez existieron pero ya no están en la actualidad, recomiendo discreción y espero que esta historia les guste. Sé que algunos de mis seguidores se decepcionaron porque no seguí escribiendo, o no continué las historias que dejé pendientes, espero que me den otra oportunidad, está vez la historia ya está terminada y prometo dejarla en la plataforma.

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Gracias a todos de nuevo!

Una margarita para n̶u̶n̶c̶a̶ olvidarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora