Capítulo XV - Tu cara me suena

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Todo me esperaba aquel día, y bueno es que todo realmente no era mucho, pero a mi edad, y con todo lo que había sucedido, un día más era algo que ya había dejado de sorprenderme hacía ya mucho tiempo, sin embargo, aquella mañana... aquella mañana lo impensable... lo imposible... lo inimaginable, no existen palabras para describir aquel momento.

Yo recién había tomado mi desayuno, un par de tostadas de pan de alga, algo de salmón en conserva, un poco de té, y mi coctel de medicinas que era obligatorio para mantenerme en buen estado, me senté allí fuera de la cabaña, iba a comenzar a tejer otro suéter cuando escuché ese peculiar ruido de la coladera, no esperaba visitas ese día, pero algo de compañía no me haría mal, más nada me preparó para lo que vieron mis ojos en ese momento.

Un ser de un peculiar color magenta comenzó a tomar forma humanoide sobre la rejilla, era una mujer, se veía algo mayor, algunas arrugas en su rostro, una mirada cansada pero emotiva, largos tentáculos negros que ya estaban perdiendo su color por la edad, unas orejas largas y una enorme sonrisa en su rostro, pero por alguna razón ella no tenía ropa sobre su cuerpo, más pude reconocerla... no podía creer que de verdad había regresado.

Mi reacción fue soltar las agujas y el hilo, me puse de pie y comencé a caminar hacia ella, a cada paso ella sonreía más y nuestros ojos se llenaban de lágrimas, habían pasado al menos 80 años desde la última vez que la había visto, y aun así yo la recordaba como en aquellos días, ella caminó lentamente hacia mí y luego... luego le di un abrazo para saber si ella era real, o se trataba de algún otro truco de mi mente, pero era real... ¡era ella!

Callie: Wow... me vas a partir los huesos

Yo: Ay... Callie, tú no cambias, ni, aunque hayan pasado 80 años dejas de ser la misma...

Lloramos como niñas durante un largo rato, permanecimos abrazadas de rodillas en el suelo durante mucho tiempo, yo arañaba la espalda de Callie y le daba pequeños golpes en son de protesta, ella sólo me contemplaba y sonreía de vez en cuando, no podíamos hablar a causa de la emoción, pero al fin tras un largo rato nos levantamos, le presté uno de mis kimonos y ella se lo puso, me explicó que la ropa que traía no se fundía con su cuerpo al transformarse en calamar y por eso llegó desnuda al Octocañón, luego comenzó a contarme su aventura, mientras yo preparaba algo de té para darle

Callie: verás. Marie, aquella noche estaba muy triste, deprimida, incluso comenzaron a rondar por mi mente pensamientos extraños, quise desaparecer, quise largarme, entonces apareció este tipo gordo... ¡Octavio! Quiso convencerme de unirme a sus tropas y pelear contra el comando branquias, yo no acepté y hui hacia el desierto, allí me perdí durante días y al final caí en un agujero, como ves no morí, pero aparecí en un lugar muy extraño, era como Cromópolis, pero allí los humanos aún existían, habían sobrevivido y estaban reconstruyendo el mundo, ellos me cuidaron y me mantuvieron bien durante todos estos años

Yo: Callie... aquí te buscamos por meses, no perdimos la esperanza de verte volver, pero al final tuvimos que aceptar la idea de que no ibas a regresar, de que habías muerto, incluso hicimos una tumba conmemorativa en tu honor, aun así yo unca perdí la esperanza de volverte a ver, cada noche hacía las cosas como si aún estuviera aquí, siempre te dejaba una vela encendida, y elevaba un globo de aire caliente al cielo para que un día encontraras el camino a casa, creo que al final mis plegarias fueron escuchadas... pero me enoja mucho no haber contado contigo en momentos tan difíciles como los que pasé...

Callie: ¿qué ocurrió durante mi ausencia?

Yo: hubo una nueva guerra territorial, Callie...

Callie: No lo imaginaba... ¿de nuevo octarianos?

Yo: No, aquella vez fueron salmones

Callie: ¿Pero lograron ganar? ¿El abuelo sigue siendo el líder del comando?

Lejos de CasaWhere stories live. Discover now