24.

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Ella siempre había apreciado la soledad, su propio espacio, con sus propias reglas, sus propios chistes.

Nunca era tarde para disfrutar de una lectura bajo algún árbol, en la esquina más cómoda de su cama, durante el desayuno, en las bancas de Hogsmeade, en el pasillo que compartió tanto tiempo con Luna. Su lugar especial, que ahora solo dolía al verlo.

A pesar de siempre tener un gran amor por su propio espacio; la soledad le causaba más emociones, no siempre eran muy positivas, pues temía quedarse sola, pero ahora estaba justo en esa posición, temía de estar sola con Seamus molesto, pero la noche anterior había estado totalmente sola con él.

La soledad a veces dolía, pues deseaba no despertar con el frío junto a ella, deseaba ser abrazada y querida por alguien más, alguien que llenara su corazón de calor y alegría, tanto como ella lo haría con esa maravillosa persona.

Cuando ella se había levantado, se llevó la sorpresa de no encontrar a ninguna de sus compañeras de cuarto, por lo que se permitió deslizarse bajo sus sabanas, para así poder llorar en silencio. Tapó su boca, a pesar de que nadie escuchaba, ella cerró los ojos con fuerza, por el dolor que sentía en el cuerpo.

Apenas pudo dormir, mientras sentía el dolor en el pecho que no le permitía respirar, porque cada respiración era la asfixiaba, tanto como lo hizo Seamus con ella hacía unos momentos.

Cada vez que ella miraba el techo, una lágrima muda se resbalaba con cuidado por la esquina de su ojo color avellana. 

Su pecho estaba tan apretado. 

Pensaba que se iba a morir en cualquier momento de la noche, por la forma en que respiraba, la forma en que sentía que se asfixiaba cada que inhalaba, la forma en que la había golpeado, la forma en que su corazón la hacía abrir los ojos de golpe, pues estaba tan acelerado. 

Tenía frío.

Mucho frío.

Con ganas de llorar, pero sin poder hacerlo. 

Intentó de todo para terminar con el frío que la estaba dejando entumecida; se abrazó a si misma, pero el dolor en su cuerpo le impedía que se moviera como de costumbre. 

Le estaba doliendo de una forma tortuosa, tanto que deseaba que alguien lanzara la maldición asesina en su dirección, así terminaría con todo el dolor. 

Sin embargo, el sol estaba golpeando de una forma seca, las nubes color gris lo tapaban en su mayoría. 

Estaba tan decepcionada por haber despertado, este era un sentimiento nuevo, pero al mismo tiempo tan conocido, como si siempre hubiera estado ahí, pero jamás lo había notado, hasta ahora.

Cuando uso su fuerza para levantarse de la cama, juró que sus rodillas iban a golpear el piso de una forma dura, el piso parecía sonreír de forma malvada mientras la veía, esperando a que ella cayera de rodillas para tragarla entera, como si de un dulce pequeño se tratara, aunque estaba segura que ella no sería un buen dulce, sería uno de esos que todos tiramos cuando de pequeños conseguíamos un poco de dulces de las abuelas o las tías. 

Obligó a sus piernas a moverse, sintiendo como sus ojos pesaban de una forma dolorosa, apenas podía mover su propio cuerpo, cuando estuvo afuera de la puerta del baño, hecho una mirada atrás. Ninguna de sus compañeras había llegado a dormir, ni siquiera Ginny. 

Miró con ojos cansados y empujó lentamente la puerta, para así entrar al baño. 

Abrió la regadera y sin pensarlo dos veces, se acercó al lavabo, mojando su cara con agua fría, haciendo que un escalofrío se extendiera por su cuerpo entero, temblando de forma involuntaria. Al levantar la vista, ella jadeó asustada y dio un brinco atrás. 

DRACO'S SECRETS ✧ draco malfoy [✓]Onde histórias criam vida. Descubra agora