18.

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Larissa lo miró con una pequeña sonrisa y hundió su mano en su bolso. -Es el libro que más me ha interesado. - señaló el libro de tapa negra. -Puedes comenzar con el rosa... realmente quiero leer el negro. - sonrió.

Draco asintió sin decir nada y tomó el libro entre sus manos. 

Tan enviciado en ella, mientras la veía leer, el cabello ondulado y liso, color café, como el color de la tierra mojada; su sonrisa tan blanca, como una suave nube; el dulce aroma, como los dulces, tan adictivo como una droga; los rosados labios, deseando probar los labios inocentes, llenado a ellos de puro pecado con los suyos, mordiéndolos cual manzana, saboreando como a una cereza. Sería su comida favorita sin duda. 

Tan hundido en sus pensamientos, dentro de su misma cabeza. 

Apenas notó que Seamus caminaba a ellos, echando humo por todos lados. 

Codeó a Larissa de forma desesperada y ella lo miró, los inocentes y pobres ojos, lo miraron de una forma tan tierna, pero ni siquiera era el momento adecuado para besarla o hacer alguna locura. 

Exacto. Locura.

Locura es en lo que estaba cayendo. No tenía del por qué o cómo, se encontraba ahí. Sino, hasta que la vio a ella demasiado asustada como para siquiera moverse un poco. 

El brazo de Seamus se estiró hasta el cuerpo de Larissa, pero Draco no se detuvo cuando se interpuso entre ambos cuerpos. 

Seamus se burló amargamente. -¿Qué? ¿Deseas otra paliza?.. será cortesía de la casa Gryffindor, Malfoy. - dijo, escupiendo su nombre con veneno. 

Draco colocó en menos de un segundo, aquella mirada fría, su mascara habitual. La que comenzaba a desaparecer... y no por ella, sino cuando estaba con ella. 

El rubio sonrió de forma amarga. -¿Y qué esperas? - lo retó.

-Malfoy, cállate. - se escuchó la voz de Larissa detrás de ella.

Seamus no borró aquella sonrisa burlona de su cara. -Ya la oíste.. obedece, perro. - las palabras salieron casi en cámara lenta.

Draco lo estaba quemando con la mirada, gritando por medio de sus ojos. Lo odiaba. 

-¿Vas a esperar a qué lleguen los Slytherin?... - murmuró Draco. -Ya vez, te gusta golpear gente que esta moribunda. - pronunció con veneno, recordando aquel día.

Seamus se acercó, empujando su pecho. Larissa dio un grito ahogado y casi se cae del banco. -¿Acaso se acostaron? - preguntó Seamus con burla, mirando a Larissa, escondida detrás del cuerpo de Draco. 

Ella deseaba que todo fuera solo una horrible pesadilla, le estaba doliendo la cabeza y se sentía mareada; tomando un poco de fuerza habló. -Yo no... Seamus, solo estamos trabajando, observa los libros, son la poción que haremos. - se ahogó con su propia saliva.

Ella estaba tan asustada. 

Ella tomó el libro de su mochila y lo alzó mientras se ponía de pie, le mostro la tapa negra con aquellas letras. Seamus sonrió amargamente y golpeó el libro, cayendo a los pies de Larissa. 

Draco Malfiy estaba hirviendo, sus mejillas pálidas estaban teñidas de un color rosado, apretó sus labios y como de película, arremango una de sus mangas, estrelló su puño directamente en la cara de Seamus. El grito de Larissa alertó a los alumnos cerca, quienes corrieron a ver dicha escena, ella se puso de pie, horrorizada. 

Seamus gimiendo de dolor, de rodillas, mientras sostenía su mejilla entre su palma. -Maldito. - gruñó entre dientes el Gryffindor, pero a Draco no le basto el puñetazo, empujó a Seamus, colocando su zapato directamente en su cara y lo tiró al piso, subió a horcajadas sobre él, sosteniendo su cuello con fuerza, mientras Seamus arañaba las manos pálidas de Draco.

DRACO'S SECRETS ✧ draco malfoy [✓]Where stories live. Discover now