DRACO'S SECRETS ✧ draco malfoy [✓]

11.

Las palabras salieron sin cuidado y ella quiso decirle por qué lloraba. Necesitaba con quien desahogarse. Pero no podía hacerlo. No con él.

Limpió de forma rápida sus mejillas y caminó hasta el asiento junto a él, sabiendo que si no lo hacia, Slughorn la metería en detención.

Ella dejó su bolso junto a sus pies y cuando levanto la cabeza se encontró con la cara de Malfoy, dio un grito ahogado por el repentino acercamiento que la tomo desprevenida y pudo sentir el mentolado aliento golpear en su rostro; ella cerró los ojos, teniendo una extraña sensación de disfrute por aquella cercanía, pero entonces él la tomó por el mentón sin cuidado y revisó su cara, moviéndola de un lado a otro. -¿Qué te hiciste en la cara? - dijo con repulsión. 

Ella lo miró ofendida y habló. -Nada. - dijo simplemente.

Draco se burló y la soltó de la cara, mientras se echaba para atrás en su asiento. -Tienes la cara hechizada de algo mal hecho, déjame ver eso. - dijo mientras sacaba su varita.

Larissa se echo hacía atrás en su asiento y él la miró interrogante, levantando ambas cejas. -¿Cómo sé que no me vas a hechizar? ¿Y si me conviertes en sapo? - señaló apuntando la varita con sus ojos.

Draco se burló y puso los ojos en blanco. -Si te convierto en sapo, entonces tendré una detención.. así que, ¿Cuál es mi ganancia de eso? - dijo mientras movía ágilmente la varita entre sus dedos largos y pálidos, llenos de anillos.

Ella lo dudó un segundo, mirando entre los ojos grises y la varita que andaba de un lado a otro en sus dedos.

¿Podría confiar? No lo sabía.

Pero ella tenía cierta esperanza en él, quizás no era tan imbécil como para convertirla en un sapo. No es tan inmaduro después de todo.

Ella asintió y Draco la tomó por la barbilla, esta vez fue con cuidado y ella dejó que sus fríos dedos la tocaran en su suave piel, ella cerró los ojos por el contacto y se sintió aliviada. Una extraña sensación de alivio y protección fue lo que él brindo a la pobre chica sentada junto a él, que ahora mismo cerraba los ojos, disfrutando de un toque suave, uno que hacía mucho no lo sentía, era un mortifago asesino, según ella, pero era una forma tan reconfortante la forma en sus dedos la tocaban de la forma más simple en su cara.

Draco movió su varita y susurró un par de hechizos mientras ella cerraba los ojos, ella sintió como el cálido aliento la golpeaba y pudo jurar que casi se desmaya.

Pero pronto ella abrió los ojos, sintiendo como el reconfortante toque se perdía en su piel, dejando de enviar electricidad por todas partes de su cuerpo.

Draco se reclinó en su asiento, observándola por completo. La escudriño con la mirada, mientras ella se sonrojaba al sentir y ver los ojos grises escanear todo de ella.

¿Qué le estaba pasando?

Se suponía que debía sentirse así con Seamus, no con Draco Malfoy, un chico que apenas conocía algo de él, además de saber que fue convertido en hurón durante su cuarto año. 

No debía disfrutar del toque que le brindaba, ni de su mirada. 

Eso se suponía.

Él sonrió divertido ante el repentino sonrojo y se sentó mirando al frente. -Si vas a llorar toda una noche sin detenerte, deberías considerar aprender a lanzar bien esos hechizos de camuflaje. - dijo con un tono extrañamente preocupado pero a la vez queriendo demostrar que ella no le importaba en absoluto.

-¿Qué estas...

La clase comenzó y todos entraron de golpe, corriendo, deseando que Slughorn no entrara pronto para así no llevarse una detención si llegaban tarde.

Y ella no pudo saber más, por qué el comentario al azar, pero tan acertado del chico rubio junto a ella, quien volvía a su semblante frío.

Como si se hubiera quitado esa mascara de mortifago solo para ella y luego, instantáneamente la colocó de nuevo, justo cuando el aula se llenó de personas.

-¡Muy bien, alumnos! ¡Comiencen! - dijo Slughorn entrando detrás de la multitud con una gran sonrisa en su cara, la felicidad irradiando de él.

Larissa observó de reojo como Draco sacaba de su bolso el libro de pociones y abría la página donde la había dejado. -¿Realmente haremos- 

Sus palabras se quedaron en el aire cuando Draco se puso de pie y salió dando largos pasos hasta el estante donde habían algunos materiales para las pociones.

Cuando Draco regreso hizo un estruendo, provocando que las miradas curiosas fueran a su mesa y a Larissa, entre ellas, la mirada de Seamus. 

Draco sonrió divertido al notar la forma molesta en que Seamus los miraba y sus ojos grises fueron a la mano lastimaba de Seamus; Larissa ni siquiera levantó su cabeza para ver a Seamus.

Draco la codeó y ella lo miró directamente a él, no quería ver a Seamus. No ahora. -¿Qué le has hecho para que se lastime así? - dijo intentando mantener su semblante serio.

Ella no quitó los ojos de él, realmente no quería cruzar su mirada con Seamus, pero a la vez se encontraba tan hipnotizada, que aunque quisiera hacerlo, ella no podría.

Ella apretó sus labios. No le iba a decir nada. -Él esta molesto porque te vi en el pasillo, ya sabes... ayer. - balbuceó, cuidando sus palabras; deseaba no hablar demás.

Draco levantó ambas cejas y señalo con los ojos la mano de Seamus. -¿Qué le paso al imbécil? 

Larissa bajó sus ojos a su libro de pociones cerrado y movió sus mano a él; antes de que siquiera pudiera abrirlo, Draco golpeó su palma abierta contra la pasta.

Larissa se sobresaltó y llevó sus ojos hasta los grises, ahora Draco se estaba inclinando para mirarla de cerca, su aliento la golpeaba de forma ligera y sus ojos grises la miraban directamente, desafiándola a mentir. Y ella aceptó ese reto. -Se cayó de la torre de Gryffindor mientras jugábamos. - murmuró. 

Draco movió su mano de la pasta del libro, entonces ella tomó entre sus dedos la pasta delgada azul y la levantó. -¿Amortentia dijiste? - canturreó con una pequeña sonrisa. 

Malfoy asintió y se acercó a ella, queriendo observar el libro. -Es la poción más difícil... pero la más sencilla para mi. - sonrió con orgullo.

Larissa no lo veía sonreír hace mucho y eso hizo que la comisura de sus labios se arqueara un poco. -¿Entonces las conquistas eran falsas? - canturreó divertida.

Malfoy se mofó. -No tengo conquistas.